Fisher-Price, la aventura del descubrimiento
Ser padre es, entre otras muchas cosas, estar aprendiendo constantemente. Nuestros niños van descubriendo el mundo desde una perspectiva que nosotros hemos olvidado y que, la mayoría, disfrutamos recordando. Es responsabilidad nuestra fomentar su curiosidad, animarles a explorar y apoyarles en cada nuevo paso, y una de las mejores formas de hacerlo es mediante el juego. Tenemos que poner a su disposición las herramientas, juguetes, necesarios para permitir un desarrollo completo y divertido, respetando el ritmo de cada niño y su personalidad.
De esto sabe mucho la empresa juguetera Fisher-Price que lleva más de 80 años diseñando juguetes con la misión de alimentar el instinto natural de los más pequeños de explorar, imaginar, crear y aprender a través del juego. Son juguetes en los que el juego no está condicionado y es el niño quien decide como jugar con ellos. Su momento de desarrollo y sus intereses serán los que decidan como usar el juguete.
Fomentar el juego libre, como sucede con los juguetes de Fisher-Price, permite al niño conseguir pequeños logros que le harán muy feliz y descubrir el mundo a su ritmo. Aunque estamos acostumbrados a las comparaciones, especialmente en lo que al desarrollo de los niños se refiere, cualquier especialista confirmará que son absurdas y contraproducentes. La velocidad a la que crece un bebé sano, nada tiene que ver con su capacidad intelectual ni determina su futuro.
Sin embargo presionarles para que cumplan unas expectativas puede ser frustrante y contraproducente. Aprovechemos que durante los primeros años solo somos nosotros los que marcamos las metas y dejemos que crezcan a su aire, disfrutando de cada descubrimiento y de la magia del mundo que les rodea. Disfrutemos con ellos y celebremos cada éxito por pequeño que sea, divirtámonos con ellos y pongamos los instrumentos adecuados para que tengan un aprendizaje natural y feliz durante el máximo de tiempo posible.
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