¿Operación o aborto? Difícil decisión

Acaba de cumplir cinco añitos y casi no se acuerda de nada, pero Rubén fue intervenido cuando sólo era un feto de 22 semanas de gestación ¿La causa? Una malformación en el corazón responsable de la mitad de las muertes por enfermedad congénita en la infancia. El 50 por ciento de las parejas al enterarse del problema decide interrumpir el embarazo. El 50 por ciento restante apuesta por la cirugía con riesgo nulo para la embarazada.

“La probabilidad de perder al feto es sólo 10 veces mayor que la de la amniocentesis”, explica en Magazine, el doctor Alberto Galindo, jefe de la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Doce de Octubre de Madrid. Esta unidad médica es la única en España que ha realizado, con éxito, siete valvulopastias fetales, y donde también se trató a Rubén.

Se trata de una operación sencilla pero que requiere una precisión muy fina por parte de los cirujanos ya que se interviene sobre un corazón del tamaño de una moneda de euro. La anestesia es local para la madre y total para el feto, con el fin de evitar que se mueva. A partir de ahí, como en el útero materno no se puede reparar la válvula cardíaca, lo que se hace es evitar que el ventrículo se dañe y evitar que la lesión vaya a más.

Así, se introduce una aguja en el abdomen de la madre con una cánula que llega al corazón del bebé. En el extremo de la cánula hay una especie de balón minúsculo que al llegar a la válvula que no responde bien del minúsculo corazón, se hincha varias veces hasta que funcione mejor. Después, a los diez meses, se produce la intervención definitiva donde se repara completamente la válvula.

Rubén estuvo un año tomando una pastilla diaria para ayudar a su corazón a recuperarse del todo. Ahora se le ha olvidado todo aquello. Decidir entre abortar o intervenir al futuro bebé es una difícil cuestión que nadie está preparado para tomar hasta que no te toca.

Lo que sí es fundamental es poder contar con toda la información disponible hasta el momento antes de pronunciarse. El caso de Rubén es uno más de lo que la Medicina es capaz de hacer por los bebés que aún no han nacido o que tienen horas de vida. Cuando ni esta ciencia puede con un mal desenlace, recordemos que un bebé también puede salvar otra vida.

Vía | Magazine 491. El Mundo
Página oficial | Hospital Universitario Doce de Octubre
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