¡Ya tengo la cuna!
Acaban de traerme la cuna y el cambiador, así que la habitación de mi bebé ya tiene lo imprescindible. Estoy a muy poquito – unos quince días para salir de cuentas – y ya tengo un quebradero menos de cabeza.
Lo del síndrome del nido me ha afectado pero bien, pero ya lo tengo todo, todo preparado: la bolsa para salir corriendo al hospital, la habitación con lo más necesario, el cochecito del bebé y toda la ropa de recién nacido que tengo lavada, planchada y guardada.
Ale, pues ya tengo mi cabeza más despejada sólo para centrarme en los temores ante el parto. Es broma. Ahora ya sólo queda esperar y pasar estos días tranquila, esperando a que llegue el momento.
Estoy a las puertas de las últimas pruebas y empiezo a estar muy molesta con la espalda, las manos y las piernas (se me empiezan a hinchar) y lo de dormir bien es cada vez más complicado – lo de dormir del tirón hace mucho que no sé lo que es – pero lo de levantarme descansada comienza a parecer también una utopía.
Sólo pienso ya en verle la cara a mi bebé. Y mi único consuelo es que ya queda menos. Eso sí, los días parece que no pasan y se hacen muuuuy largos. Ya no cuento las horas, cuentos los minutos, los segundos y, ¡hasta los nanosegundos!
Foto | micuna