Ya no es un bebé, ¿qué hacemos con sus cosas?
Poco a poco nuestros hijos van creciendo y los que eran sus juguetes favoritos van quedando olvidados. A ellos se juntan un montón de cosas que compramos cuando eran bebés y que ya no nos sirven: la trona, el esterilizador de biberones, la silla para sujetarle en la bañera… Muchas han quedado en perfecto estado y en otras se nota el uso, aunque si no lo hemos tirado es por que aún le vemos utilidad. ¿Qué hacemos con todos esos trastos?
Una buena opción, sobre todo con lo que ha quedado en perfecto estado, es venderlo, hay páginas de anuncios clasificados gratis en los que ofrecerlos y recuperar parte de lo que invertimos en su día. Con la crisis esta práctica es muy habitual, no deja de ser una pequeña ayuda y además es ecológicamente responsable.
La situación económica afecta más a quien menos tiene, y si hace unos años la solidaridad era necesaria hoy es casi una obligación. Son más necesarias que nunca las donaciones, y puedes hacerlas en muchos sitios. Las parroquias comenzarán en breve la operación juguete, pero durante todo el año hay familias con niños pequeños que necesitan de todo. Es una buena forma de dar una segunda vida a todo lo que compraste con tanta ilusión hace tiempo.
Otra buena opción es el trueque, cada vez más habitual. El tradicional intercambia objetos, pero ahora también es posible cambiar cosas por servicios. Quizá la cuna te sirva para tener un manitas unas horas en casa, o para esas clases particulares que necesita el niño. Hay muchas opciones, incluso hay sitios en los que adquieres el derecho a algo y puedes canjearlo cuando te venga mejor.
Sea como sea donde no pintan nada todos esos objetos es cogiendo polvo en casa y ocupando un precioso espacio. La cuna cuando tu hijo sea padre, estará anticuada y probablemente ni cumpla las normas de seguridad de la época…
Foto | Flickr-Theo B.
Comentarios cerrados