Worldschooling: ¿Qué es y cuáles son sus características?

Los beneficios positivos de viajar se integran en el proyecto de vida de muchas familias. Sin embargo, el periodo de tiempo destinado a las escapadas se enmarca en vacaciones y fines de semana. La esencia del viaje está presente en el worldschooling, una alternativa a la educación tradicional. Pone en valor el aprendizaje basado en la propia experiencia: descubrimiento de nuevos lugares, culturas, monumentos y tradiciones.

En ocasiones, el viaje se convierte en un estilo de vida compartido en familia. Es decir, el escenario del mundo es el aula en el que los niños interiorizan lecciones valiosas. Un universo en el que es posible adquirir una formación práctica. El niño interactúa con lo que le rodea, y lo hace desde múltiples perspectivas, puesto que el contexto cambia. Cada lugar está acompañado por su belleza, curiosidades, historia, arquitectura, gastronomía, vida cultural, barrios…

El viaje como metáfora del proceso de aprendizaje

Es una forma de aprendizaje que está alineada con la flexibilidad de horarios que acompaña al estilo de vida de profesionales que son nómadas digitales. Padres y madres que desarrollan un trabajo que no está determinado por la asistencia diaria a una oficina tradicional. Colaboran en proyectos que tienen dos características principales. En primer lugar, la flexibilidad de horarios. Y, por otra parte, la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar.

El descubrimiento también está acompañado por un aprendizaje holístico que pone el acento en diferentes aspectos que tienen que ver con el ser humano: idiomas, costumbres, estilo de vida, arte, valores, literatura, música, autoconocimiento, psicología, filosofía, relaciones personales… En consecuencia, viajar y aprender son dos términos que se retroalimentan en el contexto del worldschooling. El primero hace posible el segundo. Ya que, además, cada vivencia es totalmente irrepetible.

Las familias eligen un proyecto de educación que está alineado con la posibilidad de viajar con frecuencia alrededor del mundo. El worldschooling adquiere distintas formas en la práctica, por ejemplo, puede variar el periodo de tiempo dedicado a emprender una nueva escapada. Es un movimiento que no solo se caracteriza por la importancia del espíritu viajero, sino también por el modo de disfrutar del proceso: con pausa y tranquilidad. La duración de la estancia en el destino se prolonga durante el espacio necesario para descubrirlo de verdad.

Surge la posibilidad de crear relaciones en distintos lugares

Las familias se alejan de su zona de confort habitual. La amplían a través de viajes que están acompañados por emociones, vivencias, experiencias y objetivos. Los niños protagonizan grandes aventuras en distintos lugares, es decir, conocen el entorno de forma inmediata. Desde el punto de vista emocional, crece la curiosidad y el deseo de comprender otras realidades. Por otra parte, las familias pueden construir relaciones duraderas en los sitios que visitan.

Los viajes que se enmarcan en el contexto del worldschooling tienen un significado que va más allá del turismo, el entretenimiento o el ocio. Es un estilo de vida que pone en valor la importancia de aquello es esencial en relación con el desarrollo personal y la felicidad.

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