Vuelta al cole 2015: animarles a estudiar
Mi hijo, como es natural, ha «heredado» muchas cosas de mí, pero no todas son buenas. Una de ellas es mi pereza frente al colegio.
Nunca he odiado ir al cole, ni mucho menos, pero sí que he fantaseado alguna vez con una enorme nevada que impidiera ir a clase. Me temo que mi hijo también lo preferiría.
Ahora que ya debemos ir preparándoles para la vuelta al cole, es un buen momento para despertar en ellos el gusto por aprender. A ciertas edades el aprender por el placer de aprender o por obtener una recompensa no es suficiente, debemos hacerles ver que lo que aprenden en clase y la vida real que les espera están íntimamente conectadas.
Conversar con ellos
La mejor manera, sin duda, es conversando con ellos. Podemos contarles cómo nos ha ido en nuestra jornada de trabajo, con sus buenos y malos momentos, destacando algunos objetivos de nuestra profesión, para que vean más real lo que van a aprender en el próximo curso, y no sólo decirles que «si no estudias no podrás ser astronauta, veterinario,etc.»
Los padres debemos crear las condiciones de un diálogo sinceroPodemos contarles que, en nuestro trabajo, hemos tenido que calcular el balance del mes, que hemos tenido que hablar con un cliente extranjero en su idioma, que hemos tenido que redactar un extenso informe para nuestro jefe… En resumen, actividades en las que hemos puesto en práctica muchas de las cosas que aprendimos en nuestros días de colegio.
Confiarles responsabilidades
Ya en los primeros años de infantil nos lo dicen las profesoras de nuestros hijos: hay que otorgarles responsabilidades que favorecerán su crecimiento como persona. Saber organizarse, planificar, desarrollar su autonomía o saber elegir son algunas de las facetas que adquirirán si les dejamos.
A los más pequeños les encantará que les encarguemos alimentar cada día a nuestra mascota, ayudar a poner la mesa. Más adelante deberán ocuparse de hacer su cama, vaciar el lavavajillas, hacer recados cerca de casa, etc. Lo importante es ir confiándoles responsabilidades acordes a su edad y que sientan la satisfacción de cumplir con ellas, sintiéndose útiles y capaces.
Y, por supuesto, escucharles
No, no es fácil saber escuchar, y menos con el día tan ajetreado que tenemos los adultos, pero es imprescindible que lo hagamos si queremos saber cómo son nuestros hijos. Cuando comience el colegio querremos que nos cuenten cómo ha sido su jornada escolar, así que lo mejor es comenzar ahora (si no lo hemos hecho antes).
Los padres debemos crear las condiciones de un diálogo sincero. Es difícil ayudar a nuestros hijos si no conocemos sus amistades, sus relaciones con amigos o su programa escolar. Cada día, nuestros hijos se enfrentan a nuevas situaciones y se verán en la necesidad de contarlo, de expresarlo. Es nuestra obligación escucharles y pasar del típico «¿Qué tal ha ido hoy el día?» que solemos decir. Las preguntas deben ser más concretas, sobre aspectos variados (¿a qué has jugado hoy? ¿Qué es lo que más te ha gustado del día) y, por supuesto, estar dispuestos a escucharles pacientemente, dedicarles su tiempo, no hablar con ellos mientras hacemos otras cosas y tampoco convertirlo en un interrogatorio.
Otra cosa a tener en cuenta es que debemos estar preparados para oír respuestas que no nos gusten, y no enfadarnos por ello. También nosotros debemos aprender, en este caso a aceptar a nuestros hijos como son.
Ayudarles a mejorar
Sin dejar de lado su importancia, las notas no deben ser un drama en casa: aprender no es sacar un cuatro o un diez en un examen sino algo que requiere mucho más tiempo.
Las notas son una guía para que nuestros hijos y nosotros sepamos cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Si nos centramos en sus suspensos estaremos poniéndole un lastre demasiado pesado. Al contrario, debemos fijarnos en sus logros y no escatimar elogios, ser generosos con las felicitaciones.
Y, en cuanto a las asignaturas menos fuertes, lo mejor es proponerles objetivos accesibles a corto y medio plazo para que ellos vean su progresión y el éxito de su esfuerzo.
En resumen, debemos ir preparando a nuestros hijos para la vuelta al cole, para la vuelta a su vida «laboral» con cariño y comprensión. Ellos siempre nos lo agradecerán.
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