Verano: momento clave para juegos tradicionales en la calle
La distancia generacional entre padres y niños, y el cambio en los hábitos de ocio, también se percibe en la imagen de ciudades y pueblos. Y es que, la imagen de niños que juegan con tranquilidad en la calle se ha convertido en poco frecuente en muchos municipios pequeños. En ocasiones, por la soledad que implica para algunos niños no tener a otros compañeros de juegos en su mismo barrio. En otros casos, esta imagen muestra el impacto del ocio individualista o la búsqueda de seguridad que aportan otros espacios que están supervisados por los padres como, por ejemplo, el hogar.
Sin embargo, jugar en la calle o en el parque, aunque sea una imagen menos habitual, es una necesidad porque está en contacto con la naturaleza del propio niño. Los juegos al aire libre favorecen la socialización y el encuentro. También son esenciales para hacer ejercicio y estar en movimiento. Por otra parte, la experiencia representa una forma de descubrimiento en sí misma porque el niño explora el escenario que le rodea por medio de los sentidos. Además, es una actividad que transcurre lejos de las pantallas. Por ello, muestra una forma de ocio que no está condicionada por el uso de ningún dispositivo.
Verano: tardes interminables para jugar en la plaza o en el parque
El niño, en su propia interacción con el entorno, tiene la capacidad de crear juegos e historias con los recursos que están a su alrededor. La esencia de los juegos tradicionales mantiene su valor de generación en generación. Y se hacen un espacio propio allí donde están los niños, por ejemplo, en el patio del colegio.
Del mismo modo, también revitalizan las calles de los pueblos durante el verano, puesto que muchos municipios incrementan su población de forma significativa gracias a aquellas familias que pasan una temporada en casa de los abuelos o en una segunda residencia. Aunque muchos niños tienen numerosos recursos de ocio a su alcance, si observas en qué momento suelen estar más conectados con el momento, es probable que sea en ese instante en el que juegan con sus iguales (evidentemente, siempre hay otras realidades).
El juego al aire libre es una verdadera necesidad para los niños
En un momento en el que los conceptos tecnológicos están tan integrados en la educación y la sociedad, también es importante adoptar la mirada filosófica para entender que hay ingredientes que no están condicionados por tendencias o modas efímeras. El juego infantil al aire libre, en realidad, se alinea con la naturaleza humana desde una perspectiva afectiva, relacional, social y emocional.
Los juegos en la calle representan un espacio propio para los niños. Un entorno para saltar, correr, jugar a esconderse… Pero esa imagen también es un reflejo de la vida que se está perdiendo, incluso en pueblos pequeños, por esa tendencia hacia el individualismo, el envejecimiento de la población y el contacto con la tecnología. ¿Recuerdas los juegos al aire libre durante los veranos de tu infancia? Tu hijo también puede vivir la experiencia aunque exista una distancia generacional entre tu pasado y su presente.
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