El verano y la deshidratación infantil

El verano y la deshidratación infantil

Escrito por: Sacra    2 agosto 2009    2 minutos

El verano es la época más propensa sufrir deshidrataciones, sobre todo, en la infancia. Esto es debido a que los pequeños, a pesar de la gran pérdida de líquido corporal, no tiene formada una conciencia o necesidad sobre la sed. Por eso nuestra tarea es proporcionarles agua a menudo a fin de que se mantengan bien hidratados y en plena forma.

El bebé lactante raramente necesita de otro líquido que no sea su leche ya que, con ella, quedan cubiertas todas sus necesidades hídricas. Es a partir del quinto mes cuando, con la introducción de las papillas, el niño necesita del agua. A esta edad ya es fácil que sienta sed y lo manifestará llorando. Debemos tener en cuenta que el pequeño nos va a pedir agua cuando se encuentre, casi, en periodo de deshidratación por eso debemos adelantarnos a sus necesidades y ofrecerles el agua, en pequeñas cantidades y de forma continuada, aunque no te lo pida.

Los síntomas habituales que nos pueden alertar de que nuestro bebé se encuentra en plena deshidratación son: la boca y lengua están resecas y pegajosas, llora casi sin lágrimas, hace menos pis de lo habitual, los ojos y las mejillas ofrecen un aspecto un tanto hundido, está irritable y no le apetece jugar, puede sentirse mareado y confuso y si le pellizcas suavemente queda un pliegue en la piel. Para ello lo mejor es que le vayas ofreciendo agua poco a poco, con una cucharita y lo lleves a urgencias de inmediato.

Hasta que nuestro pequeño aprenda a pedir y habituarse al consumo de agua, somos nosotros los que debemos estar atentos a sus necesidades, así que lo mejor es seguir algunas pautas:

  • El agua que le des debe estar a temperatura ambiente, no demasiado fría.
  • Es mejor ofrecerle pequeñas cantidades, pero de forma constante.
  • En su dieta de verano es fundamental que incluyas alimentos que contengan gran cantidad de agua: frutas, verduras u hortalizas.
  • Siempre que puedas bebe delante de él y déjale a la vista su vaso o biberón de agua, así le das ejemplo.
  • Evita darle bebidas azucaradas. El agua debe ser su bebida única, al menos durante las comidas.
  • En caso de sufrir una diarrea, apuesta por la leche, los helados, los polos, los zumos o las bebidas isotónicas, así recuperará parte de las sales minerales que ha perdido.

Vía | Crecer Feliz

Reportajes