Ventanas de sueño del bebé: ¿Cómo influyen en su descanso?
Los cuidados esenciales, aquellos que conectan con necesidades básicas del bebé, ocupan un lugar importante en su rutina. Pues bien, existe un concepto curioso que se integra en torno al descanso: las ventanas de sueño.
¿Cuál es el significado de este término? La rutina infantil no es estática, sino que esta se actualiza con el proceso de crecimiento. Una actualización que también se percibe en las horas de sueño y en el tiempo en el que está despierto. Los padres primerizos se hacen numerosas preguntas sobre los cuidados, el bienestar y la evolución infantil.
Ventanas de sueño del bebé: un concepto clave para padres y madres
Pues bien, el término señalado en el artículo ofrece una respuesta específica en torno a los minutos que el niño necesita estar despierto cada día en función de su edad. Dicha referencia influye en la planificación de sus siestas y en la calidad del buen descanso. Sin embargo, existen otros aspectos que pueden ayudarte a descubrir cómo se siente el niño: observa los signos de cansancio cuando se manifiestan a través del lenguaje corporal.
El concepto descrito también contextualiza ese periodo temporal que se integra entre una siesta y otra. El equilibrio entre el sueño y la vigilia favorece el descanso. Por ello, el concepto analizado es un medio de ayuda para establecer una rutina adecuada para el niño. La información sobre las ventanas del sueño ha alcanzado una gran proyección entre las familias.
Sin embargo, deben tomarse como una orientación, es decir, como una referencia. No es aconsejable que interpretes su significado de manera rígida e inamovible. El cuidado siempre debe poner el acento en las variables concretas del niño. Y las variables personales van más allá de la edad. Por ejemplo, si el bebé está enfermo, la referencia más importante en relación con su descanso no son las ventanas de sueño, sino las indicaciones del pediatra.
El tiempo de vigilia aumenta de forma gradual desde el nacimiento hasta los 3 años
Es un término que ofrece una orientación práctica para planificar la rutina de tu hijo. Ten en cuenta que este concepto también es útil para concretar el espacio que debe transcurrir entre la última siesta que ha disfrutado el bebé y el inicio del descanso durante la noche. A lo largo del proceso de crecimiento del peque se produce el siguiente esquema. El número de siestas se reduce de manera gradual, por el contrario, el periodo de vigilia aumenta. Es decir, es un proceso que se materializa de forma significativa desde el nacimiento hasta los 3 años de edad.
¿Por qué el ritmo de sueño debe adaptarse a las necesidades del niño? Por ejemplo, si durante el día duerme más tiempo del que corresponde según su edad, este hecho altera de un modo negativo la calidad del descanso nocturno. Pues bien, durante los dos primeros meses de vida, la ventana de sueño del bebé gira en torno a 45 y 60 minutos. Y este periodo de vigilia se amplía de forma gradual hasta los 3 años cuando disfruta de una única siesta durante el día.
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