Ventajas y desventajas de la custodia compartida
Un proceso de divorcio es una experiencia que plantea un cambio en la relación de pareja y, también en la familia. Dos personas que han vivido una historia de amor siguen teniendo algo muy importante en común incluso tras la separación: el rol de padre y madre trasciende a los cambios que puedan producirse en el amor entre ambos. Lo más importante es el bienestar del niño. Y de acuerdo a este bienestar, con el fin de que el niño pueda disfrutar igualmente de ambos, la custodia compartida se presenta como una opción cada vez más frecuente.
Sin embargo, conviene puntualizar que lo verdaderamente determinante no es esta propuesta sino la actitud que tienen los padres, más allá de cuáles sean las circunstancias para priorizar el respecto hacia el otro y la felicidad del niño. La custodia compartida es más feliz cuando se asienta sobre los pilares de la colaboración continua. Un proceso de separación resulta complejo, por ello, la ayuda especializada también puede incrementar la resiliencia común para ofrecer una respuesta adecuada en este proceso de cambio.
Por ejemplo, el apoyo de la mediación familiar puede servir de puente para tomar una decisión sobre la custodia compartida. Para tomar esta decisión, es muy importante responder previamente a la pregunta sobre cuál es la mejor decisión para el niño. ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes que plantea esta medida?
Ventajas de la custodia compartida
A través de la custodia compartida, padres y madres se posicionan en un escenario posterior al divorcio que es propicio para favorecer la unión en lugar del distanciamiento.
- Seguridad y protección. Esta medida minimiza los cambios producidos en la rutina del niño en lo esencial: el afecto. El niño sigue contando con la referencia de su padre y de su madre pudiendo mantener un equilibrio en la comunicación que mantiene con ambos sin que un lazo eclipse al otro vínculo. Es decir, esta decisión tiene muy en cuenta cuáles son las necesidades del niño.
- Formar un equipo. La custodia compartida implica el riesgo de que uno de los dos asuma una mayor responsabilidad en el cuidado y educación. Las circunstancias derivadas de esta custodia también invitan a mantener el diálogo y la comunicación. Este tipo de custodia produce beneficios también para padres y madres puesto que se reduce el sufrimiento de quien siente sensación de soledad por no poder compartir con su hijo el tiempo deseado. Esta es una medida que busca el equilibrio. Y cuanto más felices son los padres, más felices son también los niños.
- La tendencia hacia la custodia compartida también supone un paso hacia la desdramatización del divorcio por medio de la gestión proactiva de los cambios derivados de esta decisión. Gracias a esta vinculación constante que ambos mantienen con el niño, se evita el riesgo de que uno de los dos pierda parte de su autoridad ante el menor.
- Gestión del tiempo. Como consecuencia de la custodia compartida, padres y madres también pueden disponer de más tiempo para sí mismos cuando el niño se encuentra con el otro progenitor. Un espacio de ocio personal que la persona puede invertir en planes de amistad, viajes, intereses propios o actividades culturales. Cuando es uno de los dos quien asume el cuidado principal puede echar de menos, más allá del amor que siente por su hijo, tener un mayor margen de flexibilidad para organizar planes de ocio o para descansar.
Desventajas de la custodia compartida
¿Cuáles son los pros derivados de esta opción?
- Adaptación al cambio. El niño convive con la idea del cambio como parte de su estilo de vida. Sin embargo, este cambio adquiere un valor de rutina una vez que se interioriza como parte del nuevo proyecto familiar. Por mucho que se quiera minimizar los cambios en la vida del niño cuando está en casa de un progenitor u otro es prácticamente imposible reducir esta posibilidad a cero puesto que se trata de dos casas diferentes, con circunstancias también distintas.
- Es inviable en algunos casos. Más allá de la buena voluntad de los progenitores, la custodia compartida trasciende a la propia decisión cuando las circunstancias externas imposibilitan esta medida. Por ejemplo, cuando la distancia entre los domicilios de ambos es elevada en kilómetros es fundamental hacer un cambio de planteamiento. También puede suceder que sea poco positiva cuando no existe una relación cordial entre los padres.
- Cada niño es único. No existen respuestas universales y aplicables a todos los casos cuando se trata de hablar de la infancia. Y puede ocurrir que un niño muestre dificultades para adaptarse a los cambios derivados de la custodia compartida. La mejor decisión siempre es aquella que parte de la atención al caso particular.
Por tanto, la custodia compartida plantea ventajas e inconvenientes que siempre deben estar vinculados con las variables concretas del caso, las necesidades del niño y la situación de los padres. Sin embargo, incluso algunas de las dificultades derivadas de esta custodia pueden tener una lectura distinta cuando se observan desde la mirada del aprendizaje. Por ejemplo, en este escenario, padres y madres pueden intentar ser su mejor versión dejando de lado el egoísmo. Además, los niños también puede desarrollar habilidades de adaptación al cambio a partir de esta circunstancia de vida.
La familia es un sistema que tiene un enfoque holístico cuando se producen cambios en el seno de ese sistema. Es decir, los cambios derivados de un divorcio afectan a cada uno desde su posición. Sin embargo, la actitud y el comportamiento de aquellos padres y madres que buscan la colaboración en la custodia compartida alimenta el bienestar y la seguridad infantil. En una situación de estas características, es recomendable que no compares constantemente la nueva situación familiar con la etapa previa al divorcio. Es decir, concentra tu atención en el presente.
un comentario
Sin lugar a dudas un post muy orientativo con respecto a los trastornos que pueden sufrir los niños. En ocasiones simplemente se habla de salud mental y trastornos en adultos y no se trata en niños.
De hecho hay quienes niegan que los niños sufran de trastornos como la depresión, cosa totalmente incierta.
Los más pequeños son también vulnerables ante este tipo de malestar, por lo que detectar sus síntomas y tratarlos resulta vital.