Las várices durante el embarazo
En algunas mujeres embarazadas podrían aparecer várices, se trata de venas dilatadas que están cerca de la superficie de su piel. Suelen tener un color morado o azules y un aspecto de una vena retorcida. Por lo general aparecen en las piernas, aunque en casos puntuales aparecerán en otras zonas del cuerpo.
Generalmente no llegan a molestar o, si ocasionan molestias, son pequeñas dando la sensación de tener las piernas más cansadas de lo habitual. Los síntomas se incrementan al finalizar cada día, especialmente en las mujeres que pasan mucho tiempo de pie.
En el caso de las embarazadas las várices aparecen porque, a medida va creciendo el vientre, se genera una mayor presión sobre la vena grande que se encuentra del lado derecho del cuerpo, llamada vena cava inferior, esto provoca que se incremente la presión sobre las venas de las piernas.
Afortunadamente las varices, en la mayoría de los casos, desaparecen después del parto.
La función de las venas es la de regresar la sangre hacia el corazón, de esta manera, en el caso de la sangre que retorna de las piernas estará circulando en sentido contrario a la gravedad. Las mujeres que están embarazadas deberán tener una mayor cantidad de sangre en su organismo, lo que incrementará la carga normal de las venas. Por otro lado, la progesterona se incrementa, lo que provoca que las paredes de los vasos sanguíneos se relaje.
Por otro lado, debemos tener en cuenta la genética, existen mayores posibilidades de tenerlas si se tiene antecedentes familiares de várices. También se podrán dar en las mujeres con sobrepeso o las madres que pasan mucho tiempo de pie.
Afortunadamente las varices, en la mayoría de los casos, desaparecen después del parto, especialmente en los caso que no se tenían antes de la gestación. En el caso de que no desaparezcan será recomendable consultar con el médico para tratarlas.
En otros casos aparece un problema denominado telangiectasia, se trata de pequeños vasos sanguíneos que aparecen cerca de la superficie de la piel, en la zona de las piernas, tobillos y rostro. Tienen el aspecto de pequeñas telarañas o estrellita. No provocan molestias y tambien desaparecen después del parto.
Existen diferentes maneras de poder prevenir las várices, o para reducirlas significativamente. Para ello te recomendamos realizar ejercicios todos los días, bastará con caminar unas cuadras para mejorar la circulación. Otra buena medida es intentar mantenerse en el peso recomendado por el médico. Levantar los pies en los momentos de descanso tambien ayudará, para eso se podría usar una caja o una banqueta al estar sentada, y al estar tumbada usar un almohadón. Evitar cruzar las piernas o los tobillos al estar sentada.
En un próximo artículo seguiremos hablando acerca de las várices y el embarazo, cómo prevenirlas, en qué casos se puede volver un problema grave y los tratamientos más recomendables.
Vía | español Baby center
Foto | Pixabay – Pexels
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