Vamos a vestir la cuna
Una vez nuestro bebé sale al mundo exterior después de nueve meses bien arropado en nuestro vientre, se encuentra con la grandeza de un mundo lleno de espacios, difícilmente abarcables para sus diminutas manos. Es por eso que debemos procurarle un lugar cálido y seguro donde se sienta protegido y cómodo. No hay que olvidar que durante su primer año este va a ser, además de nuestros brazos, el nido que lo cobije.
Es importante que sepamos elegir los complementos con los que vamos a vestir la cuna de nuestro bebé, no sólo fijarnos en lo bonito del colorido o en lo práctico del tejido, también debemos tener en cuenta unos detalles básicos para su seguridad y comodidad.
- Colchón. Debe ser rígido (no duro) e indeformable. Tiene que encajar perfectamente en el somier para que no queden huecos en los bordes.
- Chichonera. Es un protector acolchado que evita que el niño se golpee en los barrotes.
- Sábanas. Mejor de algodón para que se laven y planchen con facilidad. Necesitaremos, al menos, dos juegos.
- Empapadores. Son las fundas que pondremos al colchón y que tienen una cara de rizo y otra de plástico, así evitaremos manchar con los escapes de pipí.
- Manta, colcha o edredón. Importante que sean suaves y ligeros para que le permitan moverse y no lo agobien con el exceso de calor.
- Un juguete. Preferiblemente un móvil con música para que se entretenga cuando esté despierto.
Debemos evitar: colchas o edredones con lazos o adornos que puedan desprenderse y el bebé se lo pueda tragar, no usar almohada ya que existe el riesgo de asfixia y, al menos durante el primer año, no dejar dentro de la cuna muñecos ni peluches mientras el bebé esté durmiendo.
Vía | Ser Padres