El valor nutricional de los potitos y las papillas caseras es similar
En estos tiempos en los que siempre vamos corriendo y atados al reloj, es normal que en ocasiones no tengamos tiempo para hacer un «pucherito» tradicional a fuego lento para las papillas de los pequeños. Lo más fácil es tirar de olla exprés o directamente recurrir a los potitos. Los potitos se han convertido en una buena opción también cuando se decide hacer una salida improvisada. Tener siempre alguno en el armario nos sacará del apuro.
Aunque es cierto que los fabricantes de tales productos tienen que pasar unas estrictas normas de calidad, la conciencia social en ocasiones puede presionar a las madres. Para ciertos ojos no queda igual de bien ver como una madre ofrece un potito industrial a su pequeño bebé que ver como saca la fiambrera con una buena papilla casera.
Pues bien, parece ser que entre los potitos y las papillas caseras no existen prácticamente diferencias en su valor nutricional. Al menos esto es lo que afirma un estudio realizado por investigadores del Hospital la Fe de Valencia y la Universidad de Murcia. Se han tenido en cuenta las proteínas, las grasas y la cantidad de sodio (sal) y en todos los aspectos han concluido que dependerá de la carne que se utilice, la cantidad de sal y el aceite utilizado.
Así pues, los investigadores señalan que los potitos en algunos casos suelen ser más neutrales en estos aspectos ya que todos se formulan con las cantidades recomendadas mientras que las papillas caseras en ocasiones pueden estar ligadas a los gustos de los padres. Aún así, la conclusión final es que teniendo en cuenta todos estos aspectos y comparando un potito industrial y una papilla casera elaboradas de manera similar, el valor nutricional no presenta diferencias destacables.
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Foto | Flickr-Raman Manuel Raos