Las vacunas que protegen a nuestros bebés: Tétanos

La vacuna del tétanos se administra junto a otras dos de las que ya hemos hablado, difteria y tos ferina. Por tanto las fechas para ponerla son las mismas, cuando el bebé tiene 2, 4 y 6 meses, un refuerzo a los 18 meses y una dosis de recuerdo cuando el niño tenga entre 4 y 6 años. Es necesario, además una dosis de recuerdo cada 10 años.

El tétanos es una enfermedad no contagiosa causada por el Clostridium tetani, bacilo Gram-positivo. No se transmite de persona a persona sino por contaminación a través del ambiente, especialmente a través de las heridas. Las infecciones y los cuerpos extraños favorecen la multiplicación del bacilo. Este penetra en las fibras motoras periféricas y segrega toxinas que llegan al sistema nervioso central y pueden provocar parálisis, espasmos musculares e incluso la muerte.

El tétanos causa un millón de muertes anuales en el mundo, en su mayoría en países en vía de desarrollo. En los industrializados la incidencia es de 0.07 casos por cada 100.000 habitantes y en España 0.1 por cada 100.000. La vacuna antitetánica es un compuesto proteico obtenido a partir de la toxina tetánica y modificado por la acción del calor y del formol. Su eficacia es prácticamente del 100 por ciento, pero a los 10 años la protección es mínima salvo raras excepciones. De ahí la importancia de los recuerdos.

La cobertura vacunal en España varía según el grupo de edad. Es muy deficiente para los mayores de 50 años, del 99.3 por ciento en los niños entre 10 y 14 años y del 98 por ciento en los menores de 10. La vacuna contra el tétanos tiene pocos efectos secundarios, el más frecuente es una reacción local, en la zona donde se ha inyectado, a las 4-8 horas de su administración. No suele provocar fiebre ni ningún otro efecto no deseado.

Foto | Flickr-Batrak
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