Uso de la reflexología durante el embarazo
Es normal que durante el primer trimestre del embarazo se produzcan ciertos trastornos debidos a los cambios hormonales que se están produciendo en nuestro organismo. Las náuseas, que tan habituales suelen ser durante los primeros días, pueden provocarnos estados de tensión o desánimo que oscurezcan esa felicidad ante la maternidad.
También durante el tercer trimestre se viven momentos de cansancio, pesadez e, incluso ansiedad y desazón frente al momento del parto. No todas las madres lo viven con la misma tranquilidad y, para muchas de ellas, enfrentarse al alumbramiento les provoca demasiada angustia. Pues bien, un método totalmente inocuo para el organismo pero especialmente eficaz para estos casos es la reflexología.
La reflexología consiste en la manipulación de ciertos puntos energéticos que se encuentran en la planta de los pies y que corresponden a distintas partes de nuestro cuerpo.
En los primeros meses de embarazo resulta ideal para prevenir las náuseas, reduce la tensión nerviosa, la ansiedad, aportando energía que nos va a evitar, en gran parte, ese cansancio inicial que se produce con la gestación. También actúa sobre el hígado haciendo que todo el organismo asimile la elevada producción de hormonas.
Para las últimas semanas del embarazo nos es útil para aliviar, sobre todo, el tremendo cansancio y tensión que tienen que soportar nuestras piernas debido al aumento de peso. También ayuda a las digestiones y actividad intestinal que, durante este periodo trabaja de forma más lenta. Alivia el dolor de espalda y previene los riesgos de parto prematuro. Además si sufres de hipertensión puede ser un gran aliado junto a la medicación correspondiente.
Vía | Mi bebé y yo
Foto | Mamá mundo
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