Uno de cada cien niños españoles recibe maltratos en su casa
Según los datos aportados por el gobierno español, durante 2015, cuatro mil menores fueron víctimas de maltrato en el propio ambiente familiar. No en vano, entre 2013 y 2017, murieron 22 niños debido a la violencia de género en el hogar. De hecho, el 64,9 por ciento de las mujeres que padecen violencia de género tienen hijos menores en edades vulnerables.
El maltrato a los menores se puede considerar, además de la propia agresión física, en la omisión o negación de sus derechos fundamentales. No proporcionarle el alimento adecuado o la ropa; mermar su autoestima o insultar a la madre o al padre en su presencia, es también una forma de procurarle unas heridas insalvables que le acompañarán durante el resto de su vida.
Secuelas físicas, emocionales y de comportamiento
Con el fin de analizar y debatir este tema, que ya se ha convertido en una lacra de nuestra sociedad, la Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria, ha convocado una mesa de debate en el Colegio de Médicos de Madrid, en la que bajo el título de «Situación de la violencia en el ámbito familiar», pretende poner sobre la mesa las graves secuelas de aquellos niños que padecen cualquier tipo de maltrato dentro del mismo hogar.
Según los expertos, las secuelas que padecen estos niños, pueden ser de muy diversa índole. Las más llamativas suelen ser las físicas y que vienen como consecuencia de diversos traumatismos, hematomas, fracturas…; pero también son importantes aquellas que se reflejan en su estado anímico: depresión, tristeza… Todo ello, además, tiene una influencia negativa en sus funciones vitales, muchos de ellos pierden el apetito, tienen dificultad para dormir o tienen trastornos de comportamiento.
El pediatra, el primero que puede proteger al menor
Estas secuelas pueden quedar impresas en su vida para siempre o, dependiendo de su fuerza de superación o protección que encuentre a su alrededor, las puede superar a lo largo de su crecimiento. Por eso es importante la detección temprana y, en ésto, los pediatras tienen un gran papel que realizar, siendo los más indicados para comprobar si existe algún tipo de violencia en el ámbito que rodea al pequeño.
Dentro de estos maltratos se encuentran también, y con cifras alarmantes, los abusos sexuales en la infancia. Según los datos, uno de cada cinco menor de 18 años ha sufrido estos abusos. En el 95 por ciento de los casos la violencia sexual ha venido por parte de un varón, y en el 80 por ciento pertenece al círculo familiar del niño. La edad en la que sufren estos abusos está entre los 7 y 9 años, en el caso de las niñas; y entre los 11 y 12 años, en el caso de los niños.
Vía | Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria
Fotos | Amelia Rueda y Agenhoy
Comentarios cerrados