Una vida no tan simple: excelente película para parejas con hijos

Una de las creencias que muchos espectadores tienen en torno al séptimo arte es que, durante el verano, es menos probable encontrar grandes historias en la cartelera. Pues bien, actualmente puedes disfrutar de una propuesta muy profunda que deja huella por su alto valor existencial: Una vida no tan simple. Una película dirigida por Félix Viscarret, que está interpretada por Miki Esparbé, Olaya Caldera, Álex García y Ana Polvorosa (que forman parte de un equipo más amplio de actores y actrices).

Cada espectador puede trasladar el argumento de la película a su propia perspectiva particular. Es decir, puede conectar con una circunstancia concreta, un miedo que le acompaña, una relación que no atraviesa su mejor momento, una crisis vital (o cualquier otro aspecto que se percibe a través de la subjetividad y la vivencia).

Argumento de la película Una vida no tan simple

El comienzo de la historia muestra a un arquitecto con gran proyección de futuro en su carrera profesional. Sin embargo, poco tiempo después, la trama se adentra en las expectativas rotas y los sueños incumplidos de Isaías, protagonista de la historia. A pesar de que cada día acude al estudio de arquitectura para buscar nuevos proyectos en colaboración con su socio, el futuro incierto pesa como una losa sobre su diálogo interno. La rutina familiar tampoco es sencilla: el cuidado de los niños, la crianza y la realización de las labores de la casa se integran en el proceso cotidiano. Isaías y su mujer Ainhoa comparten un proyecto de vida en común que, sin embargo, está condicionado por el peso de la incomunicación, el miedo, el cansancio y otros múltiples factores.

Una vida no tan simple nos muestra a personajes principales profundos que no se ajustan a los estereotipos actuales marcados por la tendencia de proyectar una constante imagen de felicidad ante los demás. Es decir, verbalizan su angustia, sus ilusiones, sus dudas, sus miedos y otros muchos aspectos vitales a través de diálogos profundos, en los que también hay espacio para el humor. En la película Una vida no tan simple podemos encontrar temas muy actuales que, en algunos casos, se han convertido en universales.

El desafío que supone encontrar el equilibrio entre la vida familiar y la realización profesional. El peso de la rutina cuando se vive de una forma excesivamente previsible en imágenes tan reconocibles como una tarde de juegos en el parque o los preparativos para ir al colegio. La angustia que puede llegar a generar la inestabilidad laboral o la incertidumbre económica cuando se tiene una familia a la que cuidar y proteger. La crisis de los 40 años o la distancia entre los sueños profesionales de la juventud y la realidad que muestra el presente. Del mismo modo, también aborda el factor sorpresa que produce la novedad cuando la rutina es excesivamente previsible (y la confusión que puede causar esa situación en el plano de los sentimientos).

La película envía un mensaje muy positivo a padres y madres

La película Una vida no tan simple profundiza en torno al amor y la amistad en sus diferentes expresiones. Y envía un mensaje muy relevante a los espectadores, por ello, es una interesante propuesta cinematográfica para padres y madres: es muy importante disfrutar de la infancia de los hijos. A través de la voz de su protagonista, la película muestra una realidad frecuente con la que el espectador puede sentirse muy identificado: es difícil conectar plenamente con el presente cuando durante la jornada laboral piensas en tus hijos y, por otra parte, reflexionas sobre tu vida profesional cuando estás junto a ellos.

La paternidad, la maternidad y la vida familiar inspiran grandes historias como la que comentamos en el artículo y otras recomendaciones recientes como Cinco Lobitos (que tiene un matiz más dramático en su desarrollo).

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