Una cama de aventura para la habitación de los niños
Llega un momento en que los bebés tienen que cambiar la cuna por una cama. Cuándo lo hagamos depende del niño, algunos en cuanto aprenden a levantar las piernas intentan escapar, y se ponen en peligro de caerse. Otros por el contrario se sienten más seguros en su cuna hasta que son mayorcitos. Antes o después habrá que hacer el cambio.
La falta de espacio es el primer condicionante que tenemos al elegir la habitación del niño. Lo ideal sería que además de poder dormir en ella, la habitación de los niños fuera un lugar de juegos. Woodland combina sueño y juegos en poco espacio, con diseños versátiles y sobre todo muy divertidos.
La cama Winnipeg comienza siendo una cama de bebé, para niños a partir de un año. Se coloca en el primer nivel, el más bajito e incluye barras de seguridad. Cuando el niño crece se pueden devolver las barras y cambiarlas por un accesorio nuevo para la cama o un descuento para comprar algún otro mueble.
La segunda posición eleva la cama 53 u 83 centímetros dejando espacio debajo para una cajonera o los juguetes de los niños. A los tres o cuatro años ya se puede elevar a 130 centímetros, permitiendo que se acople un tobagán para bajar de la cama, un circuito vertical para canicas, un armario ropero, una cabaña e incluso unas espalderas. Los accesorios permitiran cambiar la habitación a juvenil sin tener que cambiar de cama.
En el catálogo de internet puedes ver los precios de las diferentes composiciones y pedir información sobre los puntos de venta.
Más información | Archiexpo
Comentarios cerrados