Un bebé en una votación del Europarlamento

La diputada danesa, Hanne Dahl, asistió el pasado jueves a la última votación del Parlamento Europeo de Estrasburgo con su bebé de casi tres meses en brazos. En una sesión en la que se debatían medidas importantes para afrontar la crisis mundial, la diputada dejó a su hijo tumbado en la mesa mientras se procedía con el protocolo.

Espero el turno de votaciones. Realizó la suya, cogió a su hijo en brazos y abandono la cámara ante la atenta mirada de sus compañeros. La mayoría hombres, ya que sólo uno de cada tres diputados en mujer.

Pudiera ser que con este acto, una mujer de la vida pública hubiera querido demostrar que puede compaginar la maternidad con sus deberes profesionales. Sin embargo, la realidad es que no ha tenido más remedio.

Y eso es así, porque el reglamento de la Eurocámara no permite que las diputadas que den a luz puedan acogerse a una baja por maternidad, ni puedan delegar el voto.

Aún así, la mayoría de eurodiputadas que tienen un hijo opta por no asistir a los plenos, aunque esto signifique un voto menos de sus partidos y, en ocasiones, no cobrar su sueldo. Lo que pone de manifiesto, una vez más, las dificultades que tienen muchas mujeres para conciliar su vida familiar con su vida profesional.

Precisamente se está abriendo un debate en la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad para darle la vuelta a esta situación. Sin embargo, aún no se ha adelantado mucho en este terreno.

En España, hace unos meses, una diputada socialista de las Cortes Valencianas se convirtió en la primera parlamentaria española que votó desde su casa. Esta mujer, de baja por maternidad, pudo ejercer su derecho al voto a través de correo electrónico enviando una plantilla que se le había remitido previamente. Sin embargo, esta votación tuvo muchos fallos y la diputada tuvo que repetir su voto hasta seis veces.

No es la mejor manera aunque hay que reconocer que es un avance.

Fotos | Reuters
Vía | La Vanguardia
Más información | Levante-emv

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