Un 43 por ciento de los casos de psoriasis pediátrica se da en menores de dos años
Según Raúl de Lucas, jefe de la Unidad de Dermatología Pediátrica del Hospital de La Paz en Madrid, tres de cada diez pacientes con psoriasis, desarrollaron su primer brote en la infancia o adolescencia. Concretamente, el 16 por ciento de los casos de psoriasis pediátrica se da en menores de un año y el 27 por ciento en niños entre uno y dos años.
La psoriasis es una enfermedad de la piel, crónica ( de por vida ), caracterizada por la aparición de zonas de inflamación de color rojizo. Estas zonas se cubren de una especie de escamas plateadas, brillantes, que surgen sobre todo en codos, rodillas, cuero cabelludo y parte inferior de la espalda. Evoluciona en brotes, alternando épocas agudas con otras de menor actividad. No es ni contagiosa ni infecciosa, y por lo general no tiene graves consecuencias aunque en los casos más severos puede tener un importante impacto social.
Durante un congreso sobre enfermedades infecciosas, De Lucas apuntó que «existen problemas de diagnóstico» , especialmente cuando se trata de bebés, porque puede confundirse con una ‘dermatitis del pañal‘. Indicó la importancia de un diagnóstico precoz para intervenir lo antes posible sobre el paciente y paliar los daños ocasionados por la enfermedad.
La primera opción con menores de edad, es el tratamiento de uso tópico con pomadas ricas en corticoides o vitamina D. Para casos severos, la única opción autorizada para los niños es el fármaco biológico Enbrel de Wyeth. «El problema es convencer a los niños de que tienen que pincharse», añadió el doctor quien contó que el tratamiento consiste en una inyección semanal que primero pone el facultativo y después los padres o el propio paciente. Incidió en que este fármaco plantea muchas ventajas como el hecho de que puede usarse de forma intermitente sin que pierda eficacia. Son incompatibles al fármaco quienes tengan alguna infección activa o procesos tumorales, entre otros.
La psoriasis causa un gran impacto emocional y social y se estima que más de la mitad de los pacientes sufren depresión. El periodo más complicado es la adolescencia en que además es frecuente que aparezcan lesiones en el rostro. En los pequeños puede provocar tristeza, vergüenza o enfado.
Vía | Europa Press
Foto | CNICE