Tres estilos de aprendizaje: auditivo, visual y kinestético

Los niños perciben la realidad a través de los sentidos. Sin embargo, puede ocurrir que la influencia de un sentido en el proceso de aprendizaje de un niño sea más significativa que el resto de canales de información.

Existen tres estilos de aprendizaje: auditivo, visual y kinestésico. El ser humano interactúa con la realidad mediante estos tres enfoques. Pero es habitual que predomine uno frente a los demás. En Uno más en la Familia, explicamos a qué hacen referencia estos términos.

1. Aprendizaje auditivo

Cómo implica el propio concepto, la asimilación de información nueva se lleva a cabo a través de la escucha. Los sonidos adquieren especial relevancia en este caso. Este estilo de aprendizaje puede percibirse en la etapa adulta en el ejemplo de alguien que suele recordar fácilmente conversaciones significativas, frases de películas y letras de canciones.

Por ello, también es posible potenciar esta forma de aprendizaje cuando el niño es bebé al hablarle, contarle cuentos o ponerle distintas canciones. Esta forma de aprendizaje también propicia el descubrimiento de un nuevo idioma.

2. Aprendizaje visual

Como puedes observar a través de distintos estímulos de la realidad, la sociedad actual es muy visual. Las imágenes, los colores y las formas describen distintos aspectos en detalle. Este estilo de aprendizaje está muy presente en técnicas de estudio como, por ejemplo, esquemas, subrayado y fichas didácticas.

Por el contrario, un alumno que aprende más fácilmente a través del canal auditivo suele repasar mediante la lectura en voz alta. ¿Cómo potenciar el aprendizaje visual en los bebés? Los paseos por el barrio o por zonas verdes ofrecen numerosas novedades. Del mismo modo, los libros para niños presentan bellas ilustraciones. Manualidades tan habituales como pintar o dibujar son positivas para adquirir nuevas habilidades.

3. Aprendizaje kinestésico

Este tipo de aprendizaje está directamente relacionado con el movimiento y con las sensaciones. Es un aprendizaje asociado a la experiencia. A través del contacto directo con una vivencia, el niño sale fuera de su zona de confort. Adquiere y afianza habilidades significativas y destrezas prácticas. Cuando predomina este estilo de aprendizaje en un niño, es posible observar cómo le gusta jugar con los objetos que tiene a su alrededor. Tocar los materiales del entorno forma parte de este proceso de aprendizaje.

Previamente, hemos comentado que el aprendizaje visual está unido a la vista. El auditivo conecta con la capacidad de escucha. Pues bien, el kinestésico está relacionado con el tacto. Un sentido que es muy importante para el bebé, también, desde el punto de vista afectivo. El lenguaje de la piel está presente en el abrazo que un padre da a su hijo. Como hemos comentado, todos los procesos de aprendizaje son relevantes en la vida de un ser humano. Sin embargo, durante el proceso de crecimiento de tu hijo, podrás observar una mayor presencia de rasgos propios de un estilo u otro.

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