Trasvases Montessori para niños: ¿Qué son y cómo se realizan?
Existen diferentes actividades que se integran en el Método Montessori. El ejemplo que mencionamos en Uno más en la Familia forma parte de la vida práctica: los trasvases. Es una propuesta que tu hijo puede empezar a realizar en torno a los 3 años (aunque este dato no se reduce únicamente a la edad, sino también al ritmo del propio niño).
Qué son los trasvases para niños en Montessori
Una actividad aparentemente sencilla que, sin embargo, propicia el desarrollo de habilidades significativas. Supone pasar un contenido de un recipiente a otro envase diferente.
El contenido puede tener un formato sólido o líquido. Antes de hacer actividades con líquidos, es esencial que el niño experimente con otros contenidos más sencillos. En definitiva, es una dinámica que favorece la observación, la experimentación y la interacción con el entorno.
Es fundamental que el niño esté acompañado por un progenitor mientras desarrolla la actividad. Es decir, es necesario que cuente con la supervisión de un adulto para que el ejercicio se desarrolle con seguridad. Debes estar atento para evitar que pueda llevarse a la boca algún elemento utilizado en el contexto de la actividad.
Los trasvases aportan un aprendizaje práctico que evoluciona de menor a mayor dificultad. Es decir, es posible hacer diferentes modificaciones sobre la base de la idea inicial a lo largo del tiempo. Los recipientes utilizados para el desarrollo de la actividad deben ser hondos. El niño ejercita la coordinación en la realización de movimientos precisos que favorecen el trasvase.
Qué beneficios aporta esta actividad de vida práctica Montessori
Es un tipo de actividad que forma parte de la vida práctica. Por tanto, los niños también observan cómo los adultos realizan tareas similares cada día. Por esta razón, los niños desarrollan gestos y habilidades que incrementan su autonomía. El material utilizado para llevar a cabo el ejercicio queda integrado en una bandeja. El adulto presenta los elementos y muestra un ejemplo concreto del proceso. De este modo, el ejemplo sirve de guía al niño que, desde su perspectiva, completa la actividad. Conviene aclarar que la dinámica también puede desarrollarse con objetos que, en la etapa inicial, tienen un mayor tamaño.
Es un tipo de ejercicio que requiere de movimientos precisos. Por ello, es posible que una parte del contenido se derrame sobre la bandeja y no llegue a depositarse directamente en el recipiente. La experimentación alimenta la evolución, la constancia, la autoconfianza y el aprendizaje.
¿Y cómo completar el trasvase de un elemento a otro? En ocasiones, es posible añadir algunos utensilios a la actividad para facilitar el desplazamiento y el movimiento como, por ejemplo, una cuchara. En otros casos, el niño deposita directamente el contenido de un recipiente en otro al verter el material en su interior.
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