Tomar una muestra de orina al bebé para analizar
Uno de los males frecuentes a los que se enfrentan los bebés, durante los primeros meses de vida, es a las infecciones de orina. La mayoría de ellas vienen por causas desconocidas o por una incorrecta limpieza de sus genitales. Debido a la cercanía entre el ano y el orificio uretral es relativamente fácil que las bacterias que contienen las heces se pasen y proliferen.
Un bebé molesto, que llora a menudo y que tiene fiebre es fácil que padezca infección de orina, así que tu pediatra te pedirá una muestra de pis para analizarla y, en el caso de que presente algún «bichito extraño», hará un cultivo para determinar de qué tipo y cuales pueden ser las consecuencias. Y ahí es cuando viene el gran dilema: ¿cómo recogemos una muestra pies del bebé para que pueda ser analizada?
En el caso de los bebés muy pequeños que todavía no controlan los esfínteres, existe un sistema que se compone de una bolsita que va adherida a los genitales. Se la ponemos, con mucho cuidado y después de habernos lavado bien las manos, y esperamos a que haga pis. No es necesario llenarla del todo, con una pequeña muestra es suficiente. Lo que sí debemos tener en cuenta es que no se contamine ya que en ese caso el resultado sería erróneo.
Este sistema funciona muy bien en los niños, ya que el pene queda dentro, pero en las niñas resulta algo más complicado, especialmente porque les molesta, se mueven mucho y no siempre se adhiere con total seguridad. En algunos casos es en la misma consulta del pediatra donde se la colocan para mayor fiabilidad.
En el caso que ya sea un poco más mayorcito y sepa controlar sus necesidades, sólo tendrá que hacer un poquito de pis en un tarro esterilizado que nos darán en la misma consulta. Después de analizarlo (tardará unos dos o tres días) el médico nos recetará el tratamiento a seguir, eso si no lo ha hecho antes por medio de unos antibióticos.
Vía | Ser Padres