Los tics infantiles
Los tics son movimientos motores o incluso fónicos que se producen de forma involuntaria, repetitiva y, generalmente, de corta duración. Para la persona que los padece le resulta imposible controlarlos aunque, también es cierto, que puede llegar a resistirse a ellos durante un periodo de tiempo más o menos largo, aunque luego va a resultar que le van a venir todos seguidos sin posibilidad de freno.
Según las últimas estadísticas, el porcentaje de niños que lo padecen es de entre un 16 y 25 por ciento.
Los tipos de tics son: motores simples (guiños, muecas, gestos…), motores complejos (golpes, saltos…), fónicos simples (aclararse la garganta, gruñir…), fónicos complejos (ecolalia o repetición de la última palabra o sílaba que se ha dicho o escuchado y coprolalia que es el abuso de palabras malsonantes) y sensoriales (presión, cosquilleo…)
Junto a ellos, normalmente, pueden venir otro tipo de problemas asociados: falta de atención, ansiedad, dificultad en el aprendizaje, fobias, depresión… De igual modo hay factores que pueden agravar la proliferación de los tics: presión familiar, miedos, cansancio, soledad… En cambio, los factores que pueden reducirlos es estar en presencia de extraños, concentrarse o conseguir la relajación.
Aunque en un 30 por ciento de los casos desparecen con la adolescencia es importante que sea valorado por un especialista. De este modo se verá claramente si los tics interfieren en la vida personal y social del niño. En el caso de que no interfiera, lo mejor es dejar que este desaparezca por sí solo. En caso de que sí suponga un problema, lo más probable es que sea dirigido a un psicólogo infantil.
Vía | Con mis hijos
Foto | Monografias