Con los termómetros digitales la fiebre es un misterio
Nos contaba ayer Leticia que ya han pasado 5 años desde que se retiraron del mercado los termómetros de mercurio. El motivo la toxicidad de este mineral y lo cierto es que se rompían con mucha frecuencia. Quizá hubiera sido mejor hacerlos más resistentes que eliminarlos, porque con los digitales no puedes saber que temperatura tienes. Como el artículo de ayer era que no sabemos leerlos, he pensado que podía ser cosa mía, pero no, lo hago bien, siempre en el mismo sitio, el aparatito guardado en buen lugar, etc.
Hoy mi niña se ha levantado ardiendo, soy su madre, la beso con mucha frecuencia y se que tenía fiebre, me podría incluso arriesgar a dar un valor. Le he puesto el termómetro digital, el tercero que tenemos y ¡sorpresa! tiene 36 grados centígrados. No es que no tuviera fiebre, es que ni siquiera tenía la temperatura que se considera normal, 37, aunque eso de la normalidad en la temperatura corporal daría para otro artículo.
Lo que a mí me ha parecido hipertermia según el fantástico y caro termómetro digital es prácticamente hipotermia. Comentándolo con las personas de mi entorno, la gran mayoría tiene el mismo problema, no cree en las mediciones de sus termómetros digitales. He dado una vuelta por Internet y como era de esperar hay muchas quejas. Y me pregunto, ¿cómo es posible que estos termómetros no sean fiables?
Quizá sea una conspiración de los médicos contra la sobre-medicación de la población. Si el niño tiene fiebre rápidamente le damos un antipirético, pero como con los termómetros digitales no se sabe, seguro que hay muchos padres que se lo piensan antes. Aunque claro, dirán los defensores de la conspiración farmacéutica que los laboratorios no lo permitirían y son los que comercializan muchos de los aparatitos. Por otro lado somos mayoría los que al no fiarnos de uno hemos vuelto a comprar otro, el negocio está claro.
Mi niña tenía fiebre esta mañana diga lo que diga el termómetro digital. No estaba para ir al cole pero tampoco para urgencias, solo espero que mis labios no fallen si un día la temperatura es como para salir corriendo al hospital. Afortunadamente la fiebre no suele ser el único síntoma.
Foto | Flickr-Claudioruiz