Tener un niño caprichoso

Tener un niño caprichoso

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    12 febrero 2013    1 minuto

Tener un hijo consentido no es bueno para nadie, ni siquiera para él mismo. Saber decirle ‘no’ a tiempo es fundamental para que pueda aprender a manear sus emociones. Por otro lado, los adultos debemos saber que ante la rabieta de un niño nos debemos mantener serenos, tranquilos.

Muchas veces, y con las mejores intensiones, complacemos a los niños en sus pedidos, sentimos que son pequeñas cosas que no cambian en nada la educación que les queremos dar. Lo que sucede es que cuando siempre decimos ‘si’ ante la primera negativa aparece una rabieta que muchas veces se vuelve algo incontrolable.

Los expertos en psicología consideran que no frustrar a los niños es malcriarlos, convirtiéndolos en unos pequeños consentidos.

Desde el Centro de Psicología Álava Reyes, María Jesús Álava Reyes considera que son muchos los pediatras que incentivan con algunos consejos que los padres salgan corriendo a satisfacer las necesidades de los niños, esto genera, de alguna forma, que los adultos se vuelvan especies de ‘esclavos’ de los pequeños.

El psicólogo clínico infantil y director de psicodiagnósis, Sergi Banús, considera que: “La frustración debe formar parte del aprendizaje general del niño. Sobre todo entre los dos y cuatro años, que es la franja de edad de mayores rabietas”. Si los padres le dan todos los gustos se está fomentando a que en el futuro se conviertan en personas intolerantes y no querrán esforzarse para conseguir nada en la vida, contribuyendo a que sean adolescentes deprimidos.

Además las demandas aumentarán con la edad, y de un dulce pasarán a demandar algo mucho más costoso.

Vía | ABC Familia
Foto | Flickr – WFWJ

Reportajes