Teatro para el niño autista: Pictogramas
Ya sabemos que el lenguaje teatral es universal y llega a todo el mundo. No importa la condición social, la edad o la madurez intelectual, el teatro es esa manifestación artística que habla de la vida más allá de nuestra propio calendario, de nuestra propia rutina envolvente. Es el espejo en el que nos reconocemos o la ventana por la que añoramos volar hacia otros mundos llenos de fantasía y luz.
Y precisamente por su amplitud, también es capaz de llegar a aquellos rincones en los que parece más costoso llegar. Al menos así nos lo ha demostrado Tomás Afán Muñoz, un dramaturgo andaluz, que con su obra «Pictogramas» ha sido capaz de acercarnos el mundo de Pedro, un niño autista, habitando todo un mundo de sensaciones.
A pesar de la dificultad que ha supuesto, según su autor, llegar hasta ese mundo hermético donde las relaciones personales se vuelven tan complicadas, ha sido una experiencia llena de búsquedas y descubrimientos, en los que la emotividad y los afectos primaban sobre el resto de sentimientos. Elementos que, conjugados con una importante técnica teatral, acercan al espectador a un mundo tan lleno de magia como desconocido.
Pero para Tomás Afán, que ya tiene un largo bagaje en el mundo del teatro, más allá del premio conseguido con este trabajo, 17 Premio Nacional de Teatro de la Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud, es algo mucho más satisfactorio ya que llega a conectar con un público, hasta ahora, alejado de los espacios escénicos.
Para realizar este texto, Afán recibió la ayuda de la Asociación de Autismo de Jaén, así como de la madre del protagonista, que es la autora de las ilustraciones del libro.
Vía | El País
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