La muerte y los niños
Sin duda, todavía queda mucho camino por recorrer en el ámbito emocional puesto que el ser humano está más acostumbrado a tratar con su pensamiento (dado el poder que tiene el raciocinio) que con sus emociones y sentimientos. El ser humano se siente vulnerable ante realidades tan evidentes como la muerte que despierta preguntas filosóficas inevitables sobre la propia identidad y la existencia.