Una buena forma de que los niños pasen un verano distinto y divertido, pero al mismo tiempo productivo y lleno de beneficios, son los campamentos. El contacto con la naturaleza, a la vez que hacen nuevos amigos y aprenden a cuidar y respetar su entorno, son valores importantes que les van a ayudar a crecer en armonía con su entorno.
A partir de hoy vamos a presentaros una serie de artículos, dos por semana, en los que os ofreceremos diferentes posibilidades para llevar a vuestros hijos de campamento. Os recordamos este artículo donde os mostrábamos los diferentes tipos de campamento.
Cuando pensábamos que se atribuía la aparición de los piojos a otros meses del año como Septiembre y Octubre, con la vuelta al cole, la etapa de vacaciones de verano les echa el guante, casi igualando el número de infestaciones de este molesto bichito.
Parece mentira, es como un milagro, el verano ya está dando sus últimos coletazos y yo tengo la impresión que mi niña ha dado un estirón considerable. Se le han acortado las faldas, los dobladillos de los pantalones le han quedado escasos y esa camiseta tan mona, que le compré a principio de temporada, parece que haya encogido de repente. ¿Qué tiene el verano que ha estirado a mi niña y destrozado su armario?
Cerca de cien niños, de tres a once años de edad, comenzaron el pasado día ocho de agosto, una serie de actividades en la residencia de ancianos "El Vergel", en Pamplona. La idea fundamental es que los pequeños y menores conozcan y compartan las experiencias de las personas que residen allí. Un recorrido por el centro, conociendo a las personas que trabajan y viven allí, así como un grupo de actividades a realizar, forman parte de esta visita de los más pequeños a sus mayores.