Tus piernas también cambiaran durante tu embarazo, empezando a verse y a sentirse más hinchadas. Esta sensación crecerá aun más finalizando el día, depuse de haber realizado las actividades cotidianas. Porque, mientras te encuentras parada, tu útero comprime los grandes vasos sanguíneos de tu pelvis. Al estar parada, la circulación de la sangre de tus piernas y del corazón se verá entorpecida.
Un embarazo suele traer un buen número de cambios en nuestro metabolismo. No sólo nuestra tripa cambia de tamaño convirtiéndose en un caparazón protector de una nueva vida, también el resto de nuestro cuerpo sufre, en mayor o menor medida, una serie de transformaciones que luego, la mayoría de las veces, acaba siendo sólo una experiencia más dentro del milagro de la gestación.