Ya sabemos lo complicado que puede resultar en ocasiones variar los purés que toman nuestros bebés cuando aún son la base principal de su alimentación y aún no están preparados para comer alimentos sólidos. Es importante mezclar diferentes verduras con la carne y el pescado. Sin embargo, a veces nos limitamos a lo de siempre y no probamos sabores nuevos.
Ya todos estamos pensando en las vacaciones y más, por supuesto, los más pequeños de la casa. El campamento, la playa, la casa de los abuelos, el pueblo, la excursión con los tíos… todo vale y cualquier cosa con tal de romper con la rutina del invierno y darle rienda suelta a la energía y jugar al aire libre.
La alimentación de nuestros hijos es algo que a las madres nos preocupa a diario. Que coma bien, que coma suficiente, que coja buenos hábitos y que coma todo lo que le ponemos en el plato son preocupaciones constantes de los padres. En especial, si los niños comen en el colegio, siempre nos estamos preguntando si allí comerá bien o, al menos, lo bien que nos dicen los profesores.
Os dábamos el otro día tres recetas para hacer purés variados y originales para que vuestro hijo no se aburra de comer siempre lo mismo. Hoy queremos presentaros dos purés muy socorridos para la mamá ya que aparte de estar alimentando bien a su hijo está aligerándose la tarea culinaria para varios días.
Desde que los niños empiezan a comer sus primeros purés, los seis meses más o menos, hasta que terminan por comer lo mismo que papá y mamá, pasa bastante tiempo. Es cierto que los purés se pueden ir complicando y en la última etapa dejando trocitos para el niño se vaya acostumbrando a masticar.