Niños y bebés malitos hay en todo el mundo con todo tipo de enfermedades, es muy triste y doloroso, pero si hay algo que a mí personalmente me enfurece es que sean enfermedades que se pueden prevenir con una simple vacuna. Y eso es precisamente lo que está pasando en Siria, país inmerso en la guerra, en la que, como siempre, los que más tienen que perder son los más pequeñitos.
Como cada año la Asociación Española de Pediatría, concretamente el Comité Asesor de Vacunas (CAV), ha puesto a disposición de profesionales de la salud y familias el nuevo calendario de vacunaciones y algunas recomendaciones. Al igual que el año anterior, los profesionales siguen recomendando adelantar la vacuna Triple Vírica que protege contra el sarampión de los quince a los doce meses.
Ha sucedido en Nueva Zelanda, un niño de 7 años de Auckland ha contraído tétanos, una enfermedad totalmente controlable con su vacuna y que sin ella puede ser mortal. El motivo es que sus, ahora arrepentidísimos padres, decidieron no vacunarle. Han aprendido por el camino más difícil. Afortunadamente el pequeño Alijah Williams va a vivir.
En el caso de las vacunas podemos ver un ejemplo claro. Aunque la mayoría de fármacos que previenen enfermedades están financiados por la Administración, no todas las vacunas se acogen a estas subvenciones. Veamos el ejemplo en la región de Aragón.
Mediante un anuncio llevado a cabo por la Universidad Europea de Madrid (UEM) el doctor Carlos Marina aconsejó la aplicación de una segunda dosis de la vacuna contra la varicela. Esto ayudará a reducir notablemente el riesgo de enfermar, comparando con el número de niños que enferman al recibir únicamente una dosis.
Mediante la Delegación Provincial de Salud en Sevilla se anunció, el adelantado a los seis meses la edad para la vacunación anti sarampión, esta vacuna se administraba hasta hace poco recién a los 15 meses de edad. El objetivo de esta medida es frenar la cantidad de casos que se vieron en Sevilla y en varios pueblos de la región.
Ya hemos visto en un post anterior como la utilización de algunas vacunas durante el embarazo no supone ningún riesgo, ni para la madre ni para el bebé. Es más, en algunos casos son totalmente necesarias para evitar enfermedades que podrían perjudicar muy seriamente la salud del recién nacido. No debemos olvidar que hasta que inicie su propio calendario de vacunaciones, el pequeño está expuesto a algunas enfermedades cuyas consecuencias podrían ser irreversibles.
Puede suceder que por distintos problemas de salud, por circunstancias ajenas a la propia embarazada o causas ambientales, necesitemos acudir a la ayuda de una vacuna mientras estamos en plena gestación de nuestro bebé. Este hecho suele causar mucha alarma pues lo primero que pensamos es en las consecuencias que puede tener para el niño. Por eso, como ya dimos a conocer anteriormente y ahora ampliamos, es importante saber cuáles son las vacunas adecuadas, incluso aquellas que son imprescindibles o las que no son compatibles durante el embarazo.