
Suele suceder que determinadas materias nos puedan resultar, a priori, sinónimos de aburrimiento o de mentes privilegiadas no aptas para todos los públicos. Así nos pasa cuando nos hablan sobre ciencia, tecnología o cualquier materia que tenga algo que ver con el conocimiento y el aprendizaje. Pero, afortunadamente, la curiosidad humana, y especialmente la de los niños, no tiene límites, necesitando ampliar sus fronteras hacia todo aquello que nos pueda resultar extraño o, casi, milagroso.
Cada vez a más temprana edad ofrecemos a nuestros hijos dispositivos tecnológicos con los que ampliar su mundo de juegos o para tenerlos siempre localizados. Así, casi antes de que aprendan a abrocharse los cordones de las zapatillas, ya saben manejarse a la perfección con el último teléfono móvil que ronde por el mercado. Algo que, como todo, no está mal si su uso es el adecuado.
El mundo de la tecnología avanza a pasos agigantados. Si hace unos años nos parecía que un ordenador era algo como de ciencia ficción, no nos puede extrañar que, dentro de otros pocos, podamos conseguirles a nuestros niños un amigo y compañero de juegos que sólo necesite ser engrasado de vez en cuando y darle al off cuando nos cansemos de su compañía.
Según un estudio que ha publicado y realizado AVG los niños saben más de tecnología que de otras tareas más manuales. Los datos se extraen de una encuesta a madres de niños entre 2 y 5 años, en diez países (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, España, Japón, Australia y Nueva Zelanda). Las preguntas eran sobre el manejo de tecnología y algunas habilidades básicas en los niños.
La llegada de los Reyes Magos de Oriente es una de las grandes celebraciones de la Navidad, en especial para los más pequeños de la casa. Ver cómo empiezan a entender lo que significan estas fechas y asombrarnos con sus caritas llenas de magia y luz no tienen precio. Pero para que estos Magos sea capaces de acertar con alguno o la mayoría de los regalos, todos los niños saben que hay que escribir la carta correspondiente a Sus Majestades.
La continua exposición a esta tecnología de mujeres embarazadas, antes y luego del nacimiento de su hijo podría relacionarse con problemas de comportamiento de los pequeños.
La mayoría de los que hoy somos papás, el 57 por ciento, estamos tan satisfechos con nuestra infancia que no la cambiaríamos por la de nuestros hijos. Un 33 por ciento afirma que lo haría sólo algunas veces. Los datos son el resultado de una encuesta realizada por Cleverkid, la tienda online de juguetes, en su página de Facebook.