¿Cuántas veces nos habremos preguntado, al ver un niño ensimismado en sus pensamientos, qué estaría pensando? Posiblemente esté reflexionando sobre cualquier cuestión que le haya sucedido en el colegio, el encuentro con algún amigo o imaginándose las tareas pendientes que tiene para esa misma tarde. Entrar en el pensamiento de los niños sería, posiblemente, bucear en un mágico océano lleno de fantasía.
Ya conocemos los múltiples beneficios que tiene la risa para el ser humano. Tanto para nuestro cuerpo físico como para nuestra mente, la risa es una de las formas más liberadoras de toxinas, dolores y problemas, al mismo tiempo que resulta ser el vehículo más eficaz para comunicarnos con el resto de seres humanos.
No hay nada más sano que la risa. A través de ella soltamos todas nuestras energías negativas, los músculos se relajan y nos sentimos mucho más preparados para enfrentarnos a todo lo que la vida quiera ofrecernos. Pero si además la compartimos estamos estableciendo una relación que va más allá de las palabras, donde los sentimientos encuentran un punto de unión con el único fin de la diversión.
No hay nada más gratificante que ver a los niños reír. Esbozar una de esas sonrisas amplias, profundas, para que acaben en una carcajada sonora y contudente que nos hacen temblar de pura alegría. Así sabemos que, en cada gesto, va implícita una parte de felicidad que, como gotas fértiles, le ayudaran a llevar una vida más ligera y creativa. Una vida donde el sentido del humor sea ingrediente principal de su día a día.
La risa en el recién nacido es fundamental para su bienestar y su satisfacción. En general, los niños suelen reír con facilidad, pero nunca está de más provocar la carcajada en nuestro pequeño. A través de juegos se puede conseguir.
¿Qué hay más hermoso que la sonrisa de un niño? Pues sabiendo de su potencial anímico y dotes de cura, la cadena de supermercados Caprabo ha querido poner en marcha un concurso para premiar la mejor risa de nuestro bebé y así, de este modo, celebrar el XX aniversario de su programa de ayuda a las familias "Bienvenido Bebé", con el que obsequia al recién nacido con una estupenda canastilla.
Una de las cosas que más me hace disfrutar como madre es oír la risa de mis niños. Es tan real, enérgica y transmite tanto que la provoco siempre que puedo. La identifico con un momento feliz, claro, pero nunca soy consciente de que además, les causa un efecto beneficioso tanto físico como emocional. Y también es importante.
En la vida de los niños, cualquier momento es el indicado para hacerles reír. Una buena carcajada en los más pequeños es un universo lleno de esperanza hacia un futuro pleno de felicidad, de alegría y estabilidad emocional. Del mismo modo que expresan sus males o sus desacuerdos por medio del llanto, también lo hacen, a través de la risa, y por motivos totalmente contrarios.
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