En las casas donde tenemos niños, a menudo, nos sirve como excusa preparar un menú original y divertido en el que los componentes sorpresa sean el centro de toda la dieta. Imágenes sorprendentes, alegres y llenas de colorido que, con algo de imaginación, podemos conseguir en nuestra mesa. De esta forma los niños van a comer de forma sana y sin rechistar lo más mínimo. Algo que, probablemente, también ocurrirá con los adultos.
Una año más nos encontramos con uno de los dilemas más interesantes y divertidos de todo el año: ¿adornaremos el árbol de Navidad con bolas, con espumillón o seguiremos con la misma estrella en lo alto rodeada de angelitos?... A veces cuesta mucho ser original aunque, sinceramente, sólo se trata de hacerle caso a nuestro espíritu de niños que clama, desde nuestro interior, por ser escuchados.
Ya se acerca la época navideña y, como cada año, debemos ir pensando el menú que vamos a presentar en nuestra mesa. Siempre podemos buscar la innovación, recetas divertidas o probar nuevos y exóticos preparados que nos servirán como excusa para sentirnos en conexión con la modernidad. Pero, sin duda, las clásicas recetas navideñas, sobre todo en dulces, seguirán acompañando los momentos más íntimos en las mesas familiares.
Con la llegada de la Navidad viene, también, las vacaciones en las guarderías y en los coles, por lo tanto nuestros pequeños van a disponer de muchas horas libres en los que, inevitablemente, tenemos que entretenerles. Además de ser una época propicia para enseñarles canciones, villancicos o poemas dedicados a la Navidad, también podemos aprovechar, como ya os hemos indicado en otras ocasiones, para enseñarles hábitos sanos, al tiempo que se divierten ayudándonos en la cocina.
Ya quedan muy pocos días para la llegada de Halloween por eso, si has pensado en celebrar esa noche de un modo especial, lo mejor es que ya estés preparando cada detalle a fin de que resulte una velada muy, pero que muy terrorífica. En días anteriores ya os hemos ofrecido algunas recetas para ese día, la mayoría tienen como base la calabaza, que es la reina de la semana, pero también podemos fabricar, con grandes dosis de imaginación, divertidos platos para que lo niños se alimenten de una forma sana y con motivos que evocan el momento que están viviendo.
Y siguiendo con nuestro recorrido por los dulces típicos para la celebración de Todos los Santos, nos encontramos con uno cuya tradición se remonta, de forma especial, a Cataluña. Es por eso que en esta zona y para la noche de difuntos, es habitual que los escaparates de las pastelerías estén rebosantes de este sabroso y variado manjar. La base principal es el mazapán pero a los niños les encanta debido a la combinación con otros sabores y texturas.
Otro de los dulces típicos de la festividad de Todos los Santos, son los buñuelos a los que todavía se les conoce con el nombre de "buñuelos de viento" y que en la actualidad podemos encontrarlos rellenos de mil y un tipo de sabores diferentes. Pero resulta curioso saber que la receta de este dulce ya aparece en las crónicas históricas de la España del siglo XVII, donde el cocinero de la corte del rey Felipe III lo elaboraba de forma habitual.
Hace unos días os hablamos de los dulces que son tradicionales por estas fechas. Más allá de la moda que nos impone Halloween, nuestro país sigue manteniendo viva la llama de la tradición, sobre todo, con respecto a las recetas, algunas hasta milenarias, y que nos sirven como excusa para llevarnos al paladar una exquisitez casi tan sublime como un milagro.
Ya sabemos que una forma muy importante de comer es a través de la vista. Un plato sano, bien presentado nos dará, sin ninguna duda, una sensación de resultar más apetitoso que otro, con los mismos ingredientes, pero colocados de forma casual o desordenada. Y si eso nos sucede a los adultos, mucho más pasa con los niños. No es tanto el educarlos a base de charlas de la importancia de las verduras y las frutas como el presentarles un menú divertido que, ante sus ojos, les sugiera todo un deseo irrefrenable de llevárselo a la boca.