Uno de los regalos más hermosos que podemos ofrecer a nuestros hijos cuando todavía son bebés, son los hermosos poemas que hablan de la importancia de la infancia. Sólo cuando uno crece y se vuelve un adulto con obligaciones, prisas y angustias vitales, comprende el inmenso paraíso que supone llegar al mundo rodeado de amor y protección.
Ya sabemos que los niños nacen con el sentido del ritmo innato, por eso es importante estimularle esa parte artística y creativa con actividades que vayan en consonancia con su edad y sus gustos. Las canciones infantiles sirven, además de para divertirse y disfrutar de un buen rato en familia recordando nuestros tiempos de niños, también para animar a los pequeños a disfrutar de una actividad en la que se combinan muchos elementos positivos.
Decir que a los niños les gusta la música es casi como decir que les gusta comer o dormir. Parece que este arte, que solo algunos privilegiados son capaces de crear, pero que todos, sin distinción de edad, clase o educación, podemos disfrutar, es totalmente instintivo, tanto que los expertos se aventuran a afirmar que nacemos con el don de la música en las venas.
Escribir para los niños supone una de las mejores experiencias que puedan ocurrirle a un escritor. Es por ello que, aunque la mayoría de producción literaria la dediquen a los adultos, siempre dejan un hueco para dejar volar su imaginación y fantasía para recuperar aquellos niños que fueron, que creyeron en historias mágicas y que vieron la vida a través de los ojos de la luz de la inocencia.
La música y los niños son dos palabras que siempre van unidas. Ya desde que nacen, o incluso antes, van recibiendo las tonadas y canciones que la mamá le va regalando a lo largo de su crecimiento en el vientre. No es necesario que sean adecuadas y exclusivas para bebés, pero sí notan como el sentido del ritmo va calando en su corazón y les ayuda a calmarse, a dormir o, incluso, a sentirse más felices y activos. Y es que la música tiene tantos beneficios que, aunque queramos, no podemos dejarla escapar de nuestro día a día.
La música es uno de los vehículos más efectivos y directos con los que los niños se sienten contentos y empiezan a tomar contacto con el mundo del arte. Muchos expertos han determinado que el sentido del ritmo es innato, por lo que supondría una forma de comunicación perfecta para hacerles llegar nuestros mensajes de amor y cariño desde el primer momento de vida.
Para el poeta de Orihuela, Miguel Hernández, ser padre supuso una enorme alegría. La pena fue que, debido a las causas políticas y sociales de esos momentos, en los que estalló la Guerra Civil Española, nada pudo disfrutar de esa paternidad que tanto anhelaba. De todos modos nos dejó unos hermosos poemas dedicados a su esposa, a esa mujer que llevaba en su vientre toda la plenitud de su semilla.
La música va unida a los niños desde que nacen, incluso antes de ello. Ya sabemos los grandes beneficios que produce escuchar música durante la gestación, uno de los más positivos es lograr su relajación a la vez que estrechamos vínculos con nuestro bebé. En cuanto nacen les cantamos nanas para dormir o canciones sencillas que hablen de elementos divertidos y fantásticos para, más tarde, enseñarles canciones que van unidos a juegos.
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