
Canción de cuna: Apegado a mí
En el momento en el que nuestro pequeño deja de ocupar el cálido e íntimo rincón de nuestro vientre, nuestros brazos se convierten en el primer arrullo donde descansar y refugiarse de los ajetreos de este nuevo mundo. De forma instintiva le susurramos palabras hermosas, despacio, como si una bandada de plumas nos habitara la garganta y sólo quedara espacio para la caricia suprema.