Una de las preguntas más tópicas que solemos hacer a nuestros niños, incluso a su más tierna edad, es ¿Qué quieren ser de mayor? Algunos pequeños lo tienen muy claro y escogen oficioso enrevesados o, incluso, alejados de nuestro entorno. Sin embargo la mayoría escogen aquellos que ven realizar a los adultos de su alrededor y les provoca cierta admiración. Médico, maestra o policía suelen ser los más demandados, y es que los pequeños saben reconocer las buenas labores que ayudan a nuestra sociedad.
Hace unos días, y aprovechando la celebración del Día del Niño, la Fundación Pere Tarrés ponía sobre el tapete uno de los graves problemas sanitarios a los que se enfrentaban los niños en situación vulnerable de nuestro país. Los problemas económicos que están sufriendo un gran número de familias españolas, ha traído graves consecuencias en la infancia, no sólo a nivel social o educativo, sino también en el campo de la salud.
Hace algunos años hubiera sido impensable que un país como España apareciera en un listado de mayor índice de pobreza, mucho más si los afectados son los niños. Así, al menos, lo manifiesta Unicef que sigue siendo la organización que encabeza los informes más fidedignos e independientes sobre el estado de la población mundial. Un listado que ha hecho saltar las alarmas sociales, especialmente para aquellos que todavía viven de espaldas a su pueblo, en el que nos colocan en el tercer puesto de países con más pobreza infantil de toda Europa.
Unicef acaba de presentar un informe en el Congreso de los Diputados que lleva por título "Equidad para los niños. El caso de España". En el se refleja como la desigualdad infantil en nuestro país se ha convertido en uno de los temas más olvidados por los políticos españoles. Según las cifras que se manejan, uno de cada tres niños españoles viven en riesgo de pobreza o exclusión social. Tema tan grave al que hay que poner soluciones de inmediato.
Un estudio ha demostrado un dato muy triste y preocupante, los niños que nacen dentro de una familia desfavorecida económicamente tienen los cerebros más pequeños y pueden adquirir menos habilidades cognitivas.
Una de las grandes lacras que sigue arrastrando nuestro planeta es la de la pobreza infantil. Debido a las enormes diferencias económicas que existen en los distintos países, la población mundial se siente dividida entre aquellos que pueden derrochar a espuertas y aquellos otros que apenas tienen ni un mísero mendrugo. De estos últimos, es la población infantil la que más perjuicios encuentra.