Ya estamos en plena Navidad y los niños disfrutando de sus vacaciones escolares o de guardería. La Navidad es un momento especialmente mágico en el que podemos compartir muchas actividades con los niños, debido a que pasamos más horas en casa, a causa del mal tiempo y las bajas temperaturas, es bueno que sepamos ofrecerles alternativas de ocio con las que puedan estar entretenidos, al mismo tiempo que participan del ritual navideño.
Giromax lanzará en abril una nueva colección de bolsillo, los Clay Buddies. Son unos kits que permiten a los niños crear y modelar en plastilina a sus personajes favoritos: Peppa Pig, Angry Birds, Mickey o Minnie Mouse, Skylander Giants, Doraemon...
Siempre es un buen momento para animar a los niños a la lectura, cuanto antes empezamos, mucho mejor se irán adaptando a este sano y muy recomendable hábito. Afortunadamente son muchas las editoriales que se dedican a la literatura infantil, seleccionando hermosas historias que son del gusto de los más pequeños, desde los más clásicos hasta los más modernos, todos disfrutan de estupendas aventuras que les hacen soñar, divertirse y, también, pensar y reflexionar sobre el mundo que nos rodea.
Estos últimos días de lluvia no hemos podido salir al parque así que he tenido que ingeniármelas en casa para entretener a los pequeños durante la tarde. Hemos cocinado, pintado y jugado con todos los juguetes de la casa pero he echado de menos alguna manualidad que pudiesen realizar los dos a pesar de la diferencia de edad. Hoy he topado con esta manualidad que consiste en preparar plastelina de forma casera.
En cuanto nuestro bebé empieza a reclamar sus primeros pasos hacia la libertad y el autocontrol, empieza todo un aprendizaje, tanto para el propio niño como para los padres, en el que, por regla general, vamos cumpliendo etapas a fuerza de entender que estamos embarcados en una aventura maravillosa donde nuestros pequeños van alcanzando sus objetivos. Nuestra misión como padres es, vigiarlos de cerca, pero dejar que experimenten para que alcancen una óptima madurez.
Una de las diversiones favoritas de los niños es la de jugar con plastilina. Realizar divertidos personajes, extraños vehículos o alguna que otra obra artística de indefinible significación, les puede reportar horas y horas de entretenimiento en las que, además de poner en funcionamiento toda su maquinaria imaginativa, van a estar ejercitando sus habilidades manuales, así como desarrollando la psicomotricidad.
Cuando los niños son pequeños y empiezan a tomar control de sus manecitas, de que pueden agarrar las cosas y soltarlas... uno de sus mayores placeres es tirar las cosas al suelo y esperar a que mamá se las devuelva con la única intención de volverlas a tirar. A medida que se van haciendo un poquito más mayores, de tirar las cosas al suelo pasamos a romperlas. Es algo que les fascina. Oír cómo se rompen, descomponer los objetos y volver a construirlos, tirarlos y que se deshagan en mil pedazos...
Una de las actividades más divertidas que nos trae la Navidad es la de la decoración hogareña a fin de recibir, como se merece, tan especial evento. Cuando la casa es habitada sólo por personas adultas, por regla general, se suele tener especial cuidado en la combinación de colores, en la perfecta armonía entre los adornos y los espacios a ocupar y, sobre todo, en la sencillez y mesura, creando un perfecto equilibrio entre nuestro hábitat del día a día y el extraordinario de las fiestas.
Alrededor de los 2 añitos ya podemos dejar que nuestro niño juegue con plastilina. No hará grandes obras pero le gustará el tacto y ver que puede aplastarla, estirarla o romperla con facilidad. Según los expertos, jugar con plastilina ayuda a desarrollar la psicomotricidad fina, lo que les será muy útil cuando comiencen con los procesos de lectoescritura.