Cómo ha cambiado el cuento. Cuando nosotros estudiábamos, cuando íbamos al cole y no estoy hablando de muchísimos años atrás, todo era muy distinto de como es ahora. Sin embargo, tampoco distaba mucho de cómo era en la época de nuestros padres. Había cambiado el modelo educativo, los profesores y la manera de enseñar, pero básicamente el colegio seguía siendo el mismo.
Ya sabemos que viajar con niños no siempre puede ser de lo más gratificante. Hacer un trayecto pequeño, de los que pasan en un suspiro o, incluso, en una cabezadita, puede ser divertido, ameno y relajante, lo peor es cuando la ruta nos obliga a pasar mucho tiempo dentro del vehículo y el destino está más allá de la propia paciencia de nuestro pequeño. En esos momentos es cuando, renaciendo de sus propias cenizas de nuestra infancia, nos vuelve el instinto inocente y tenemos que buscar mil y una maña con la que mantener debidamente atendido y entretenido al niño que desconoce las necesidades de pasar tanto tiempo en el mínimo espacio del coche.
Jugando y practicando con lápices y pinturas de diferentes tamaños y grosores, creando rectas y curvas, se va afianzando de esta manera el trazo en los dibujos. También de a poco irán aprendiendo a respetar el espacio asignado para sus tareas, pasando poco a poco de papeles de gran tamaño a otros más pequeños.
Una de los primeros problemas que tienen las mamás cuando sus hijos comienzan a pintar, desde bien chiquitos, es que lo quieren pintar todo: el sofá, las paredes, el suelo, su ropa... Para evitar estos destrozos, Belén nos contó cómo convertir una pared en pizarra.
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