Una de las experiencias más enriquecedoras que podemos ofrecer a nuestros niños es la visita a un museo. Y si es un museo dedicado a la pintura, además, estaremos creando en él una secreta afición por el arte. El encuentro con las imágenes, con los trazos que se conjuntan mágicamente y forman una variedad de tonalidades, de formas, de mundos maravillosos más allá de la superficie de lienzo.
Otras actividades adecuadas para el estímulo de la motricidad fina, pueden ser:
Cuando los niños van al jardín de infantes o al colegio, empezarán a desarrollar cierto tipo de actividades y ejercicios que les ayudarán a “soltar la mano” y prepararse para la escritura; también en casa es posible ayudarles a reforzar un poco estos ejercicios, más aún si el pequeño no va al jardín todavía y se le tiene todo el día disponible para aprender y divertirse juntos.
Hacer partícipe al niño de la decoración de su cuarto hará que la sienta más suya, aparte del orgullo de hacer algo por sí mismo. Las lámparas son un elemento fácil de modificar y personalizar. Y la de la mesilla de noche es la ideal para hacerlo con nuestros pequeños, aunque puede hacerse también con la de techo. Por muy poco dinero puedes comprar una lamparita de mesa con la pantalla neutra.
Sabemos que la primera expresión artística de nuestro bebé frente a una hoja en blanco, es la pintura. No importa que sean rayas inconexas, trazos desequilibrados o figuras que necesitan de una especial imaginación que nos lleve al fondo de su pensamiento. Lo verdaderamente importante es que nuestro pequeño está manifestando sus sentimientos y su capacidad creativa con toda la libertad y frescura que le permite su tierna edad. ¿No es ese ya suficiente motivo como para inflarnos de orgullo y convertir esa inspirada obra en un símbolo de eternidad artística?... Imaginamos que Picasso, Dalí o Barceló se iniciaron así.
A los niños les encanta pintar. Mezclar colores, experimentar con texturas, crear formas o imaginar lugares nuevos allí donde sólo existe un espacio en blanco. Sin duda la pintura es una de las primeras aficiones y expresiones artísticas en los seres humanos. Además, para los niños, supone una diversión añadida en la que van descubriendo una nueva forma de disfrutar del tiempo más allá del propio juego.
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