Cualquier momento es bueno para que los niños se inicien en el mundo de la pintura. Mezclar colores, imaginar formas o crear mundos oníricos a través de los trazos, suele ser una de las diversiones más demandadas por el público infantil. No olvidemos que, en cuanto pueden mantener un lápiz en la mano, toda superficie es susceptible a ser decorada con primor por sus interesantes creaciones.
Una de las actividades que más le gusta a los niños es la de dibujar. Crear sus propios personajes, paisajes para luego darles un toque de color que de vida a la improvisada, y no por ello menos valiosa, gran obra de arte. A través de la pintura van desarrollando sus habilidades manuales, al mismo tiempo que amplían su enfoque sensorial y artístico.
Una de las actividades favoritas de los niños en Carnaval, independientemente del disfraz, es la de maquillarse la cara. Es como si, realmente, las líneas que dibujamos en su rostro lo convirtieran en otra persona, en uno de sus héroes favoritos o en un temible animal que causara el pánico allá donde va. El problema es que, la mayoría de nosotros, no somos artistas del pincel y puede que, queriendo hacer una obra de arte, acabemos dejándole la cara como un mapa.
¡Cómo han cambiado los tiempos!, que diría mi abuela, hace unos años era impensable que la tripa de una mujer embarazada anduviera paseándose sin llevar encima un aluvión de tejidos para protegerla, ya no solo de las inclemencias meteorológicas, sino también de las miradas curiosas de los demás. Oculta, y bien oculta, como reservándose, solamente, para la intimidad familiar de unos pocos.
En cuanto nuestro bebé empieza a reclamar sus primeros pasos hacia la libertad y el autocontrol, empieza todo un aprendizaje, tanto para el propio niño como para los padres, en el que, por regla general, vamos cumpliendo etapas a fuerza de entender que estamos embarcados en una aventura maravillosa donde nuestros pequeños van alcanzando sus objetivos. Nuestra misión como padres es, vigiarlos de cerca, pero dejar que experimenten para que alcancen una óptima madurez.
Uno de los recursos naturales que más está sufriendo de los abusos y gestiones lamentables es el agua. A pesar de que resulta vital para la vida de nuestro planeta, parece que no acabamos de tomar conciencia real del peligro en el que se encuentra y de la necesidad urgente de tomar medidas drásticas. Además de que los grandes estamentos y gobiernos tomen cartas en el asunto, también nosotros, ciudadanos de pie, debemos poner todos aquellos remedios que tengamos en la mano, uno de ellos es educar a nuestros hijos en el cuidado y respeto del líquido elemento.
Que Bob Esponja se ha convertido en un personaje de dimensiones inimaginables, eso ya no hay quien lo dude. Un espectáculo musical con su nombre, todo tipo de artículos tanto para vestir como para complementarse e, incluso, fabricarnos un sándwich con su graciosa anatomía, son algunas de las cosas con las que podemos disfrutar de este simpático personaje.
Violeta Monreal es escritora e ilustradora. Licenciada en Bellas Artes trata con sus obras de acercar la cultura a los más pequeños de la casa. Uno de sus libros, Taller Arte de Papel, es una caja que contiene las obras de algunos de los mayores maestros de la pintura. Lejos de ser un libro aburrido en el que ver cuadros y memorizar el autor, la propuesta de Monreal es muy atractiva para los niños.
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