Hay edades y ocasiones en las que hacerle un regalo a un niño puede resultar una verdadera lata. Lo quieren todo pero de todo se cansan enseguida. Les fascinan aún las cosas de niños pero sienten una atracción irresistible por las de los mayores. Es entonces cuando la búsqueda del regalo ideal se puede hacer tediosa.
Cualquier medio es bueno para que los niños puedan expresar su creatividad e imaginación. Dejarles que decoren su propia ropa puede ser un buen modo de entretenerles, actualizar algunas prendas del año anterior y permitirles desarrollar su propia personalidad. Podemos elegir entre comprarles unas camisetas lisas de algodón o como decíamos, emplear algo de ropa que haya quedado anticuada.
La leche es un importante alimento en la dieta de los niños pero no siempre es fácil que la tomen, por eso una buena campaña publicitaria puede ser un buen aliciente, y no me refiero a que compremos una determinada marca, sino para animar a los peques a beberla. Es el caso de la promoción que tiene Leche Celta en marcha, los Celtunis. Se trata de seis originales muñequitos blancos listos para pintar.
Ya sabemos lo importante que es mantener a nuestros niños entretenidos mientras les vamos inculcando, entre otras cosas, valores en torno al mundo del reciclaje, a la paciencia y a las propias habilidades manuales que cada ser humano tiene derecho a fomentar y desarrollar según sus necesidades. Además, fabricar objetos con sus propias manos les va a ayudar a valorar el trabajo y la creatividad, consiguiendo ser personas más seguras en sí mismas y amorosas con su entorno.
A los niños les encanta pintar y ensuciarse casi en la misma medida. La pintura de dedos les permite hacer ambas cosas a la vez. Es un producto seguro para los pequeños, respetuoso con su piel y sin toxicidad en caso de que lo ingieran. Se puede encontrar facilmente en papelerías y grandes superficies. Pero también podemos hacerlas en casa con relativa facilidad.
Hace unas semanas que os mostrábamos unas divertidas zapatillas que los niños podían decorar a su gusto, las mismas venían acompañadas de unos rotuladores, especiales para textil, que nos servían para que nuestro pequeño derrochara su imaginación creándose modelos distintos según la ocasión o la inspiración del momento.
Cuando los niños son pequeños y empiezan a tomar control de sus manecitas, de que pueden agarrar las cosas y soltarlas... uno de sus mayores placeres es tirar las cosas al suelo y esperar a que mamá se las devuelva con la única intención de volverlas a tirar. A medida que se van haciendo un poquito más mayores, de tirar las cosas al suelo pasamos a romperlas. Es algo que les fascina. Oír cómo se rompen, descomponer los objetos y volver a construirlos, tirarlos y que se deshagan en mil pedazos...
Si te gustó el cuento ¡Pintar el Aire! que os recomendamos como regalo de Navidad, ahora se ha convertido en un bonito espectáculo de teatro visual y sonoro. Un show que está indicado para todos los públicos, aunque con especial relevancia para los niños y la familia. Se estrena en Barcelona el próximo 11 de abril, por lo que si te queda de paso no dejes pasarlo por alto.
No sería la primera vez que nuestro niño ha decidido diseñarse personalmente un nuevo modelo de zapatillas. Puede que sea el aburrimiento o el exceso de creatividad el que lo lleve a buscarse una decoración propia con la que andar, a paso firme, por el incipiente sendero de su vida. Más allá del uso diario o de la consistencia de los materiales empleados en la elaboración del calzado infantil, está el propio trato, o maltrato en algunos casos, que los niños dan a sus zapatos, algo que a las madres nos suele exasperar de forma habitual y generalizada.
Debido a que nuestros niños ya tienen acceso a las últimas tecnologías, el mundo de la informática se dedica a uno de sus públicos más agradecidos y necesitados de diversión en la red. Por eso y para facilitarles la tarea de diversión y de buen uso de algo tan importante como es el ordenador, los programadores, cada vez con más asiduidad, entregan sus conocimientos al mundo de la infancia.
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