
Pasear con el perro y descubrir un charco
La inocencia de los niños es un paraíso ilimitado lleno de grandes sorpresas. No en vano ya, a las pocas semanas de nacer, nos van sorprendiendo con un montón de habilidades que van aprendiendo, a ritmo acelerado, y con las que empiezan a descubrir el mundo. Todas nos hemos quedado embobadas cuando nuestro bebé descubre que tiene manos y se pasa las horas muertas observando como acaba de encontrarse, casi por casualidad, con un trozo de sí mismo que mueve a su propia voluntad.