A lo largo de las últimas décadas, la edad de las mujeres a la hora de tener a su primer hijo, ha ido en aumento. Si anteriormente la tendencia era ser joven para poder criar a tu hijo, ahora solemos esperarnos más en el tiempo hasta conseguir completar la madurez suficiente como para aventurarnos en el placer, y deber, de ser madre.
Ya hemos visto, en post anteriores, como los niños tienen una capacidad innata de encontrar respuestas ante aquellas cuestiones espinosas o complicadas que se nos pueden presentar a los adultos. La inocencia e ingenuidad con la que observan la vida, les permite encontrar soluciones con total naturalidad, algo que para los adultos nos puede suponer intensas cavilaciones.
Los niños tienen una capacidad innata para encontrar soluciones, reflexionar sobre cuestiones importantes y hallar la clave perfecta a los grandes interrogantes de la Humanidad. A veces nos vendría mejor hacer caso a sus respuestas que no a esas eternas cavilaciones en las que nos solemos perder llegados a la edad adulta.
¿Cuántas veces nos habremos preguntado, al ver un niño ensimismado en sus pensamientos, qué estaría pensando? Posiblemente esté reflexionando sobre cualquier cuestión que le haya sucedido en el colegio, el encuentro con algún amigo o imaginándose las tareas pendientes que tiene para esa misma tarde. Entrar en el pensamiento de los niños sería, posiblemente, bucear en un mágico océano lleno de fantasía.
María Almeida es una escritora y periodista portuguesa que un día se decidió a publicar en Facebook las chocantes frases que su hijo de 5 años le expresaba cada día. Pronto otras madres se animaron compartiendo con ella las perlas que los suyos también soltaban por su boquita. Esto originó que, animada por sus amigos, se decidiera a crear un libro en el que ha recopilado 1.300 frases dichas por los niños portugueses y en las que podemos encontrar los temas más variados.
Desde pequeños se entiende lo importante que es ser optimista. Esto se supo gracias a una investigación llevada a cabo por las Universidades de Jacksonville y California-Davis (Estados Unidos). Gracias a ella se supo que desde los 5 años los pequeños entendian que las personas se sienten mejor al tener pensamientos positivos.
Cuando ya alcanzan los 7 años de edad su carácter se volverá más tranquilo, aprendiendo a controlar mucho mejor su comportamiento. Además, intentarán realizar por sí solos los hábitos de limpieza que venimos enseñándoles desde hace tiempo. Intentarán bañarse o vestirse, pero aun en esta etapa necesitaran un poco de nuestra ayuda.
Las nuevas tecnologías forman parte de nuestras vidas y por supuesto de las de nuestros hijos. Si sabemos educarles en su uso, y controlamos sus inconvenientes, no serán un mero medio de comunicación o de juego, también podrán ser educativas y beneficiosas. Para eso están pensadas, pero en ocasiones sus beneficios van más allá de lo previsto. Es lo que parece haber sucedido con el iPad y los niños con autismo.
La lengua materna es el idioma primario que los pequeños adquieren desde la edad más temprana, a través de la comunicación cercana con sus padres y las palabras que escucha en su entorno inmediato; sin lugar a dudas, a los niños pequeños se les facilita adquirir o aprender otras lenguas, pero estos idiomas secundarios los relacionarán siempre con su primera lengua.