Entre tantas quejas que de repente nos aparecen esta la típica: ‘No colabora en las tareas domesticas’. Una cosa es que el médico te recomiende caminar y otra que llegues de trabajar y tengas que ponerte a planchar. Acuérdate que él se planchaba muy bien las camisas cuando vivía solo y tenía las primeras citas. No debes entrar en reproches, pero no debes ceder con las tareas domesticas y más si estas implican mover o levantar cosas pesadas. El día de mañana habrá una criatura a la que deben dedicarse por entero y él deberá alimentarlo también. Por eso, pídele, siempre con cariño y respeto que te ayude en algo más que sacar la basura a la vereda.
Muchas veces sentirás que seguís queriendo mucho, es más, hasta que lo quieres mucho más, ya que además de ser tu pareja ahora es el padre de tu hijo, pero sentís que luego de dar a luz están discutiendo más. Eso es normal. Las mujeres pensamos que ante la nueva situación habrá muchos aspectos en lo que hay que reubicarse, y no podrán dedicarse tanto tiempo el uno al otro. Pero manteniendo la comunicación, todo se supera. No se quiere menos a un amigo por descubrir a otro nuevo, ni se ama más al primer hijo que al segundo. El amor hacia él aumentará porque descubrirá que tiene aún más cualidades que te enamoran.
La llegada de un hijo es un hecho que sin lugar a dudas nos unirá más a nuestras parejas, pero a veces, puede pasar que aparecen ciertos fantasmas contra los cuales debemos luchar.
Con el nacimiento del pequeño, es natural que se convierta en el centro de atención en el hogar y que la madre se muestre especialmente solícita con el bebé, por su indefensión y necesidades; en tales casos, muchos padres se sienten un poco desplazados o relegados del lado de su compañera, aunque pocos se atreven a reconocerlo y manifestarlo.
La economista española Almudena Sevilla-Sanz, de la Universidad de Oxford, ha realizado un estudio para conocer si las tasas de matrimonio y convivencia se relacionan con la actitud de los hombres hacia las tareas del hogar y el cuidado de los niños. El resultado es que en los países en que los hombres comparten las tareas del hogar y la atención a los pequeños, las mujeres están más dispuestas a vivir en pareja o casarse.
Empezar nuevamente la actividad sexual luego del nacimiento de un hijo no es algo que se deba hacer por parte de uno sino de ambos miembros de la pareja. Es un periodo de adaptación a veces conflictivo, que requiere de charlas, contención, mimos y caricias. Te hablaremos un poco de cómo pasar esta etapa sin muchas presiones.
Parece que nuestro subconsciente tiende a buscarnos parejas con características genéticas diferentes a las nuestras. Es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Paraná en Brasil. La variabilidad genética es una ventaja para la descendencia, por lo que consideran que puede ser un mecanismo evolutivo que garantice una reproducción saludable.
Como os decíamos ayer, la llegada de un bebé a la familia puede afectar seriamente a la pareja. Además de ser una de las experiencias más maravillosas del mundo, puede venir adornada con una bonita crisis en la pareja propiciada por la nueva situación y los numerosos y rápidos cambios que ha traído consigo el bebé a la vida de sus padres.