
Ante todo, tener paciencia
Como madre todas sabemos que somos muy pacientes, pero el grado de paciencia de cada una de nosotras es diferente y dependerá, no de nuestra edad, como muchos cree, sino de los diferentes recursos internos que tengamos.
Como madre todas sabemos que somos muy pacientes, pero el grado de paciencia de cada una de nosotras es diferente y dependerá, no de nuestra edad, como muchos cree, sino de los diferentes recursos internos que tengamos.
No hay nada más maravilloso que ver sonreir a tu hijo, nada más tierno que verle dormidito y nada más desesperante que no conseguir calmar su llanto. Hay que tener nervios de acero para que no te afecte el llanto continuado de un pequeñín. Después de varias horas intentando que se tranquilice, lo normal es que tú estés más desesperado que él. Perder los nervios es algo tan común que es el principal motivo por el que se comete un tipo de maltrato, inofensivo en apariencia pero de consecuencias fatales, sacudir al bebé.
La madre Tauro es, sin duda, una mujer muy cercana y cariñosa con sus hijos. Uno de sus dones principales es la paciencia por lo tanto suele llevarse estupendamente con ellos que, aunque intentarán sacarla de sus casillas siempre encontrarán un gesto de dulzura con el que desarmarlos. Le encanta pasar su tiempo libre con ellos, disfrutando de su cercanía y afecto.
Un segundo bebé puede llegar a colmar las expectativas de los padres... y también la paciencia. Como os contaba, la organización y el apoyo de la pareja son fundamentales para salir exitoso en el empleo de madre a tiempo completo. Moverse fuera de casa con los dos, viajar, evitar los celos del mayor, renunciar a determinados aspectos de tu vida, sentirse capaz... Un hijo necesita de muchos cuidados y demanda un sinfín de atenciones que hay que prever para satisfacerlas con éxito y no doblegarse en el intento.
Como os decía en el otro artículo, la llegada de otro bebé a casa no es tan bonito como lo pintan en los libros y revistas de maternidad. En realidad es un caos. Ya que de repente, tu vida desaparece de un plumazo y te conviertes en la servicial madre que tiene que atender a sus pequeños durante las 24 horas del día. Y si éste tuviera más horas... pues más. Pero es que si un bebé demanda mucho, imaginaros lo que pueden pedir dos. Vaya desde aquí una felicitación extraordinaria para las madres de mellizos, trillizos, etcétera por su inagotable paciencia para con sus bebés. Debe ser muy, muy difícil.
Si ayer os contábamos algunos trucos para que la comida no sea un auténtico infierno con y para esos niños que son rebeldes sin más, hoy le toca el turno a los niños que se eternizan cada vez que tienen un plato de comida delante. Y es que como decíamos, es importante tratar de que la comida se convierta en un juego, siempre que sepan y entiendan su importancia, y que la mesa no se convierta en el campo de juegos de tu bebé.
Cuando tienes dos hijos no tardas mucho en comprobar que cuando uno llora... el otro también. Pero no es menos cierto que cuando uno se parte de risa, el otro también. Los niños tienen comportamientos contagiosos entre ellos por lo que necesitas una enorme dosis de amor y comprensión para no agobiarte, conseguir poner en marcha una buena organización, y así tus hijos no tendrán que sufrir un exceso de estrés o cansancio de sus padres porque y del que todos pueden salir perjudicados.
Son muchas las situaciones en la vida en la que se necesitan grandes dosis de paciencia. La cola del supermercado, del cine, la sala de espera del médico o la llegada al destino de vacaciones, son sólo algunos ejemplos de nuestra vida cotidiana en los que se necesita un mínimo de tiempo en el que la espera resulta fundamental.
Y siguiendo con el ritmo que nos ofrece la Astrología y, tras conocer las predicciones que, para este año, le esperan al niño Aries, ahora vamos a seguir con el siguiente signo del horóscopo que es Tauro. En él se comprenden todos aquellos nacidos entre el 21 de marzo y 21 de mayo.
Todos hemos pasado por esa etapa donde empiezan a adquirir hábitos de higiene, pero en el afán de hacerlos hacen todo al revés.