Controla tus nervios cuando el bebé no para de llorar
No hay nada más maravilloso que ver sonreir a tu hijo, nada más tierno que verle dormidito y nada más desesperante que no conseguir calmar su llanto. Hay que tener nervios de acero para que no te afecte el llanto continuado de un pequeñín. Después de varias horas intentando que se tranquilice, lo normal es que tú estés más desesperado que él. Perder los nervios es algo tan común que es el principal motivo por el que se comete un tipo de maltrato, inofensivo en apariencia pero de consecuencias fatales, sacudir al bebé.