Por muy pequeño que sea nuestro niño, su capacidad de percepción ante las situaciones difíciles es innata y, por tanto, necesita de una explicación. Esto sucede en los momentos en los que ocurre una muerte cercana. El niño se preguntará qué está sucediendo a su alrededor y, por qué se le excluye de esos sentimientos que hacen que los adulto se encuentren totalmente tristes.
Aunque parezca que estamos hablando de lo mismo hay una gran diferencia entre escuchar y oír. Es importante que aprendamos a escuchar con atención y cariño a nuestros niños pues de ello van a depender muchos factores para su posterior desarrollo y su integración en el mundo social que le rodea. Todos, tanto adultos como niños, necesitamos ser escuchados, entendidos y saber que alguien se siente interesado con todo aquello que estamos contando.