Volar es una ilusión permanente en los seres humanos, y aparece cuando somos muy pequeños, por eso no es raro que muchos niños quieran tener una profesión relacionada con ello cuando sean mayores. Ser astronauta, además, tiene un componente de aventura y descubrimiento que fascina a los peques. La NASA es consciente de ese deseo y ha decidido aprovecharlo para entrenar a sus futuros astronautas desde la más tierna infancia.
La astronomía es una de las ciencias que más nos fascinan desde niños, ¿quién no ha soñado con ser astronauta?. Seguramente influye la facilidad para observar con nuestros propios ojos la distancia y la aventura que prometen las estrellas. Es un mundo que despierta la imaginación y la curiosidad de los pequeños desde que son bebés y encuentran la luna por primera vez.
Hay muchas ocasiones en que papá no puede estar en el momento del parto, no todas las profesiones lo permiten. Marineros, camioneros o pilotos, entre otros muchos, pueden enterarse de que han sido padres mientras están en algún lugar lejano del planeta. El día de mañana contarán a sus pequeños que les retenía ese día tan importante. Pero solo dos papás, por ahora, podrán contar a sus hijos que lo que les separaba de ellos no eran más de 385 kilómetros...en vertical. Ese día estaban en el espacio.
Podría parecernos que la astronomía es demasiado complicada para un bebé. Sin embargo, el primer contacto de un niño con los astros suele ser cuando aún es un bebé pequeñito. La Luna será el primer objeto celeste que llame su atención, bien porque se la señalemos o porque la encuentre él mismo. En seguida aprenderá a buscarla cuando sale a la calle, y cuando crezca un poquito le ayudará a distinguir el día de la noche.
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