Se conoce como tortícolis congénita aquella contractura en el músculo del cuello, concretamente el esternocleidomastoideo, y que provoca al bebé a tener el cuello inclinado hacia un lado, limitando completamente sus movimientos, de ahí que su cabeza siempre se inclinará hacia el mismo lado no pudiendo realizar la rotación.
Durante la infancia el proceso de crecimiento es uno de los más importantes de todo el desarrollo humano. No debemos olvidar que en, relativamente, pocos años, alcanzamos nuestra estatura que va a permanecer, más o menos, invariable a lo largo de nuestra vida. Este proceso de crecimiento conlleva, a veces, unos intensos dolores en los niños que de forma discontinua les afecta en las piernas o en los brazos. Para algunos pediatras esto sólo es causa de la frenética actividad física infantil pero, para otros, se trata de los típicos dolores de crecimiento en los que, tanto los huesos como los músculos, realizan un duro esfuerzo por crecer.
Cuando un bebé parece flácido y no tiene fuerzas para mover ninguna parte de su cuerpo, vaya que podríamos decir que es como un muñeco de trapo, es muy probable que padezca una disminución importante del tono muscular. Es decir, hipotonía; que no tiene la fuerza suficiente en los músculos de alguna o todas las partes de su cuerpo.